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domingo, 27 de abril de 2025

A FUEGO, UN PROYECTO DE LA COMPAÑÍA LA BELLA OTERO

 


A Fuego, es una de esas obras que vas a ver sin saber muy bien lo que te vas a encontrar, con un cierto temor. Un monólogo en verso sobre un pastor Éfeso que acaba siendo un pirómano, cuando menos sorprende. 

La obra que estará durante diez días en la Sala José Luis Alonso del Teatro de la Abadía, del 24 de abril al 4 de mayo, es una creación de Pablo Macho Otero que además de haberla escrito, la ha codirigido junto a Emma Arquillué y es su único interprete. Ambos, Pablo y Emma,  han definido la propuesta como una "stand-up comedy sobre el narcisismo imperante".

Pablo descubrió la historia de Eróstrato en 2017 y le cautivó. Eróstrato se declaró a si mismo culpable de quemar el templo de Artemisa en Efeso, considerado una de las siete maravillas del mundo, y lo hizo por una única razón, quería que su nombre fuera recordado por toda la eternidad, quería en definitiva dejar de ser un ser anónimo para convertirse en alguien a quien siempre se le recordará. Al descubrirse la intención del incendiario no solo se lo ejecutó, sino que también se prohibió, bajo pena de muerte, el registro del nombre de este para las generaciones futuras, lo cual, evidentemente, no bastó para borrar de la historia ni el nombre ni tampoco la acción.

Pablo Macho Otero ha querido con su texto equiparar el gesto de Eróstrato con el de muchos jovenes de su generación que a través de las redes sociales como Instagram, Youtube o cualquier otra, convertidos en ‘influencers’, por sí mismos o por otros, pretenden de igual modo dejar huella, salir del anonimato y de la mediocridad para convertirse en el centro de atención de otros jóvenes, o no tan jóvenes. Ambos casos están relacionados con esa ansia narcisista de ser recordado y ser visto por los demás.

Comentaba Pablo que si Eróstrato se podía permitir quemar un templo, él podía permitirse, metafóricamente, tirar una "chispita" con el humor de alguien joven que pretende desbancar a un templo del teatro como es Mario Gas, por ejemplo" y yo no sé si conseguirá desbancar a nadie, pero tampoco le hace falta, en el teatro hay sitio para todos y la prueba es que  el público que fue a ver la obra el día del estreno salió encantado. El texto es divertido, contiene pasajes muy potentes, está muy bien interpretado y dura poco más de una hora, lo que le hace muy apetecible. Pablo no solo escribe en verso sino que lo declama muy bien, con una estupenda entonación, buena vocalización, y con las pausas adecuadas. No hay muchos actores jóvenes que trabajen tan bien el verso así que es una auténtica delicia escucharle. 

El autor ha señalado que, en el proceso de creación, ha tenido a dos grandes referentes: "Por un lado, Álvaro Tato, por su manera de rejuvenecer el verso y mantener la métrica clásica, y por otro, Jordi Oriol, un dramaturgo catalán que escribe en verso, dando importancia a la palabra y al juego de palabras". 

A fuego, es sencilla en su puesta en escena, pero brillante en su contenido, está llena de ironía y sin duda habla de algo muy actual, la necesidad que todos tenemos de no ser ignorados. 

Fotografías de escena cedidas para promoción


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