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miércoles, 3 de abril de 2019

EL MUSEO REINA SOFIA DEDICA UNA RETROSPECTIVA AL COMPROMETIDO TRABAJO DE ROGELIO LÓPEZ CUENCA


“Yendo leyendo, dando lugar” es la primera gran exposición retrospectiva que se le dedica a Rogelio López Cuenca (Nerja, 1959), y que examina las constantes y diferentes derivaciones y ramificaciones que se han sucedido en su trayectoria, donde la palabra y la poesía se abren camino siempre hacia otros ámbitos.

Poeta y artista visual,  Rogelio López Cuenca se sitúa dentro de la tradición de la  crítica institucional y conecta, tanto con la pulsión vitalista y transgresora de las vanguardias históricas, como con las derivas más heterodoxas del pop a través de un trabajo de creación e investigación artística en torno al lenguaje.

Su obra, que se podrá ver en las diferentes salas del Museo, aborda en sus proyectos cuestiones como las motivaciones e implicaciones de las políticas migratorias contemporáneas, la memoria histórica, la crítica poscolonial o la instrumentalización del arte y la cultura para promover procesos de especulación urbanística. En su voluntad y capacidad para diseccionar cómo opera el poder contemporáneo, indaga en la manera en la que se construyen los relatos hegemónicos en los ámbitos político-económico y sociocultural, explorando las fisuras que se pueden abrir en ellos.


Pinturas, fotografías, vídeos, instalaciones, fotografías de gran formato intervenidas con óleo e incluso la reproducción de una tienda de souvenirs, datadas desde finales de los 80 hasta la actualidad, estarán presentes en esta retrospectiva que incluye, además, un conjunto de piezas creadas especialmente para la exposición, Las Islas, en las que López Cuenca transita entre diferentes técnicas, soportes y discursos: videoensayo-instalación-arte textil realizando una relectura crítica de algunos textos y grabados históricos relacionados con el “descubrimiento” de América.

La exposición que se desarrollará entre el 3 de abril y el 26 de agosto en la tercera planta del edificio Sabatini ha sido comisariada por Manuel Borja-Villel y abarca tanto los trabajos en colaboración realizados por el artista como los individuales.

 


La muestra comienza con la obra Poem que nos acerca a los trabajos que el artista realizó, en colaboración con otros creadores, en el contexto poético español de la década de los  80.  En la expansión poética de la obra de López Cuenca de los años 80 y 90, la palabra y el texto escrito han sido siempre elementos fundamentales.

Uno de los trabajos más expresivos y menos conocidos del autor es el de “Ciudad, historia y memoria” en el que López Cuenca  hace uso de la potencia del archivo para su proyecto de recuperación de la memoria histórica Málaga 1937 (2007), en el que se cuenta el éxodo y matanza de los miles de personas que huyeron de Málaga a Almería por la carretera N-340 en la madrugada del 7 al 8 de febrero de 1937. El volumen desmesurado de relatos orales, fotografías, artículos de periódicos escritos en varios idiomas, poemas, películas y mensajes radiofónicos es directamente proporcional al silencio levantado en torno al acontecimiento.




Málaga y Picasso son también una parte muy importante del trabajo de López Cuenca, a través de la idea de cómo el Ayuntamiento y los poderes locales se apropian de la figura del pintor. Es paradigmático el caso de la ciudad de Málaga y su “picassización”, proceso que López Cuenca investiga desde hace más de una década y que se materializa en obras como Paradiesstadt o Paradis immobilier (ambas de 2011). La construcción de la “marca Málaga” se realizó a partir de la apropiación de la figura de Picasso como motor económico a todas las escalas de la ciudad, convirtiéndose en leitmotiv de restaurantes, bares, tiendas de souvenirs, inmobiliarias, etcétera. Casi de todo Picasso (2011), López Cuenca propone lo que él mismo define como un ensayo visual, un archivo de textos, imágenes, fotografías, artículos de periódico y materiales audiovisuales marcados por Picasso (algunos reales, otros producidos ex profeso), que pone de manifiesto precisamente la omnipresencia del imaginario ligado al artista malagueño. Es una pieza que tiene la apariencia de una tienda de souvenirs en la que se combinan souvenirs reales con otros producidos por el artista de manera que 
complicado distinguir cuáles son los reales y cuáles no ya que, en palabras del artista, “en ocasiones son más increíbles los reales que los que se hacen con un afán de parodiarlos”.




Los efectos históricos del colonialismo y su perpetuación en el presente a través de la figura de la industria turística constituyen la base de Las islas (2018), proyecto realizado específicamente para la presente exposición. El empleo de múltiples soportes y técnicas pone de relieve la complejidad de las diferentes capas de lectura de un trabajo en el que se visibiliza la imposición del Estado colonial patriarcal cuyas consecuencias son perceptibles hasta nuestros días. El artista hace una relectura crítica de algunos textos y grabados históricos relacionados con el Descubrimiento de América para mostrar la mirada colonial como dispositivo de control y proyección de subjetividades a través de las representaciones estereotipadas de la naturaleza construidas en Europa desde el siglo XV, y su actualización en las fantasías sexuales y raciales del siglo XXI.