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martes, 17 de septiembre de 2019

LA FUNDACIÓN MAPFRE OFRECE UNA RETROSPECTIVA DE BOLDINI, EL RETRATISTA DE LA ALTA SOCIEDAD

Giovanni Bodini,  Place Clichy, 1874

A partir del 19 de septiembre y hasta el 12 de enero del próximo año la Fundación Mapfre ofrece por primera vez en España una exposición monográfica de la obra del pintor Giovanni Boldini bajo el nombre “Boldini y la pintura española a finales del siglo XIX. El espíritu de una época”. La muestra pone en contexto las pinturas de Boldini con las de Mariano Fortuny, Eduardo Zamacois o Raimundo de Madrazo, entre otros, buscando reflejar el espíritu de toda una época.

Giovanni Boldini (Ferrara 1842 - París 1931), fue el más importante y prolífico de los artistas italianos que viven en París en la segunda mitad del siglo XIX; junto a su obra, se han reunido también en esta exposición, piezas de algunos de los pintores españoles que se encontraban en la capital francesa en el mismo período y que mantienen a través de su creación, un diálogo con la del ferrarés. La influencia de Mariano Fortuny y las escenas de carácter dieciochesco sobre el trabajo del italiano es una las conexiones, pero no la única: El gusto por la pintura de género con escenas amables y anecdóticas; el interés por el discurrir de la ciudad moderna; el disfrute del paisaje y, sobre todo, las ideas  compartidas  sobre  la renovación  del  género  del  retrato, son aspectos que hacen que la pintura de uno y otros caminen de la mano en este cambio de siglo.

 Giovanni Boldini, Cléo de Mérode, 1901

Instalado  en  París  desde  1871, Boldini fue conocido como uno de los primeros pintores de Montmartre,  y a pesar de coincidir en fechas con el nacimiento del  impresionismo, la llegada a París del artista italiano no cambió su manera de pintar, un estilo único que mantendrá a lo largo de toda su vida, basado en la intuición del instante y el movimiento con rápidas pinceladas, pero sin perder nunca de vista la figura y la expresión del retratado.

Tampoco cambió su manera de pensar, él se consideraba un profesional que quería vivir dignamente de su trabajo, lo que le produjo las críticas de ciertos sectores que tacharon su obra de superficial y mercantilista a pesar de que su punto de vista fue compartido por muchos otros artistas de su época como los españoles Mariano Fortuny, Raimundo de Madrazo o Román Ribera, así como con Joaquín Sorolla o Ignacio Zuloaga, por citar solo algunos.
 
 Giovanni Boldini, Nudo di giovane signora 1890-1900

Giovanni Boldini fue el artista de la burguesía, de la alta sociedad, tanto en Italia como en Londres o París, pero también fue el pintor de la  decadencia extrema, siempre al servicio del placer de los sentidos. Y aunque su fama como retratista le proporcionó buenos ingresos quiso probar suerte con otros temas, y pintó algunos paisajes rurales y urbanos, en los que muestra la influencia impresionista de Mánet (La plaza Pigalle, La plaza de Clichy). Después de una breve etapa, volvió de nuevo a su especialidad, el retrato, en el que se distinguió por la elegancia del trazo y un sutil empleo del color.
 

Giovanni Boldini,  James Abbott McNeill Whistler, 1897

Boldini también participó en la creación del “retrato-icono” propio de la Belle Époque, imponiendo en el género del retrato galante una nueva sensibilidad. Junto con  John  Singer  Sargent  y  James  Abbott  McNeill Whistler,  Giovanni Boldini, Joaquín Sorolla e Ignacio Zuloaga se convierten en los retratistas más importantes de la Belle Époque, creadores, en definitiva, de una extensa galería de retratos que nos permite entender la esencia de un período que llegará a su fin con la Primera Guerra Mundial. Todos estos autores compartían  una misma idea de renovación del género.





Las pinceladas de Boldini, cada vez más libres y dinámicas se centran en los retratos, pero también en naturalezas muertas y en estudios de manos femeninas, como en Pensamientos, o Los  rincones  del  taller. Pero es sin duda en el retrato donde el ferrarés destaca por encima de cualquier otro género. Su obra más cara es un retrato de Martha de Florian, una bella actriz francesa. El retrato presenta a la joven actriz cuando tenía 24 años de edad y el cuadro corresponde a 1898. La obra que fue encontrada en un armario a la muerte de una de las nietas de la actriz, se subastó por la  casa de subastas Olivier Choppin Janvry,  iniciando con una salida de 300.000 euros y alcanzó los 2.100.000 euros convirtiéndose así en la obra más cara del artista.