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jueves, 23 de septiembre de 2021

EL VIAJE A NINGUNA PARTE DA COMIENZO A LA CELEBRACIÓN DEL CENTENARIO DE FERNÁN GÓMEZ


Ramón Barea dirige El viaje a ninguna parte en adaptación teatral de Ignacio del Moral que mantiene intacta la esencia de la inolvidable novela y posterior película de Fernando Fernán Gómez. Sin duda, quien vea esta obra reconocerá la mirada, el sentido del humor y la socarronería tan característicos de su autor, a quien el propio Barea tuvo el placer de conocer personalmente puesto que llegó a trabajar con él en la obra Vivir loco, morir cuerdo, donde Barea hacía de Quijote, bajo la dirección del propio Fernán Gómez. 

Barea, además de dirigir es uno de los intérpretes de la obra, encarnando a Don Arturo, el que fuera primer actor y director de la compañía de cómicos que se representan en El viaje a ninguna parte.
Su hijo en la ficción, Don Carlos Galván, es interpretado por Patxo Tellería y el nieto (Carlitos Galván) por Mikel Losada. Por supuesto no pueden faltar personajes tan carismáticos como la prima de Don Arturo (Doña Julia Iniesta) interpretada por Itziar Lazkano, su hija Rosa del valle a la que da vida Aiora Sedano, o Juanita Plaza, interpretada por Irene Bau. Completan el elenco dos actores de enorme versatilidad como son Diego Pérez y Adrián García de los Ojos, que interpretan diversos papeles. 

Adrián García se ha encargado además de la música del espectáculo, perfectamente alineada en cuanto a ambiente y estética con el escenario diseñado por Jose Ibarrola y el vestuario de Betitxe Saitua. 


El Viaje a Ninguna Parte nos habla de una forma de ejercer la profesión de cómico, en una compañía ambulante. En realidad, nos habla del oficio, vocacional donde los haya, pequeño micromundo de vida y resistencia, tal vez hoy olvidado, pero que formó parte de la existencia y formación de muchísimos actores y actrices no hace tanto tiempo. Es un homenaje a la profesión que perdura y se reinventa de siglo en siglo. Muere y renace. A pesar del cine, del cine sonoro, de la radio, de la televisión, de Internet… A pesar de y precisamente por todo ello, El viaje a ninguna parte se ha convertido en una metáfora permanente de este arte del teatro que convierte cada función en única e irrepetible. 


Como recuerda Ramón Barea, “está hecha la novela en que se basa la obra por un cómico, hijo de cómicos, criado entre cómicos, y sabe de qué habla, cómo habla, por qué habla. Tiene memoria. Tiene vida. Estas cosas solo se entienden si se viven, por eso lo mejor es que se vengan con nosotros, invitamos al espectador a este viaje. Un viaje en el que, aunque nosotros sigamos, ustedes se pueden apear cuando les plazca. Es solo teatro, aunque… tiene veneno, el teatro tiene veneno. ¡Vamos, que sale el autobús!”.

Ramón Barea

El viaje a ninguna parte es una producción del Teatro Arriaga de Bilbao en coproducción con el teatro Fernán Gómez. Centro Cultural de la Villa y se podrá ver hasta el 3 de octubre. 

La obra está enmarcada dentro de las actividades que el Teatro Fernán Gómez realizará durante este año con motivo del centenario del actor. Entre dichas actividades durante el mes de octubre se proyectará dentro de la Sesión Vermú del teatro un ciclo de las películas del cineasta: El extraño viaje y La lengua de las mariposas que se podrán ver en sus salas. 


Tambíen el 1 de octubre, dentro de la Noche de los Libros, tendrá lugar en la Sala Polivalente una Mesa Redonda Homenaje a Fernán Gómez con Manuel Gutiérrez Aragón y Jesús Ruiz Mantilla como ponentes. Y en el mes de diciembre, José Sacristán nos presentará su adaptación, El hijo de la cómica, dramaturgia a partir del primer volumen de El tiempo amarillo memorias de Fernando Fernán Gómez  que será interpretada y dirigida por el propio José Sacristán junto a otros actores que compartieron trabajo, experiencias y vida con Ferán Gómez y que se han querido unir a este homenaje. 

© Fotografías de Conchita Meléndez 

miércoles, 22 de septiembre de 2021

MORANDI. RESONANCIA INFINITA


Hace tiempo que Fundación MAPFRE organiza exposiciones centradas en desentrañar los caminos que conducen al arte contemporáneo. Tras sucesivas muestras que trataban sobre la evolución del arte italiano a través de distintos movimientos colectivos —Macchiaioli. Realismo impresionista en Italia (2013), a la que le siguió Del divisionismo al futurismo. El arte italiano hacia la modernidad (2016) y Retorno a la belleza. Obras maestras del arte italiano de entreguerras (2017)—, la Fundación se ha centrado en aquellos artistas que, de forma individual, han desarrollado un lenguaje propio; es el caso de Boldini y la pintura española a finales del siglo XIX. El espíritu de una época, celebrada en 2019.

© Giorgio Morandi, Natura Morta 1914


© Giorgio Morandi, Natura Morta 1928

En 2021, hemos querido fijar nuestra atención en un pintor «maestro de maestros»: Giorgio Morandi, uno de los más significativos, inclasificables y desafiantes artistas de la historia del arte del siglo XX.

La exposición realiza un amplio recorrido por la producción morandiana a través de siete secciones en las que se abordan todos los temas queridos por el artista, fundamentalmente naturalezas muertas, paisajes y jarrones con flores. Al inicio del discurso que desgrana la muestra destacan Autorretrato y Bañistas, dos de los escasos ejemplos de la representación de la figura humana en su producción. Además, a lo largo de la exposición el visitante encontrará, en diálogo con las obras del maestro boloñés, la selección ya referida de trabajos de artistas contemporáneos que han recibido su influencia.


© Giorgio Morandi, Natura Morta 1956


© Giorgio Morandi, Fiori 1952

Morandi. Resonancia infinita hace un recorrido retrospectivo por la obra de Giorgio Morandi (Bolonia, 1890-1964), uno de los artistas más significativos e inclasificables en la historia del arte del siglo XX. El pintor italiano apenas viajó fuera de Italia y permaneció casi toda su vida en su casa-taller de la Via Fondazza en Bolonia. Allí abordó un trabajo en el que los objetos cotidianos, las flores y el paisaje se convirtieron en protagonistas.

En sus lienzos trata de captar la realidad de la manera más fiel posible a través de su personal poética, silenciosa y suspendida, que construye por medio de la luz, el color y los valores volumétricos. En este camino trabaja en obras en las que parece no haber nada más que lo que la pintura muestra: formas básicas y puras, lo que confiere una fuerte sensación de irrealidad a sus composiciones.


© Andrea Facco

En esta ocasión, su producción está acompañada por una cuidada selección de obras de artistas contemporáneos que han sabido establecer con su práctica artística un fecundo diálogo con el maestro boloñés. Artista entre artistas, Morandi es reconocido internacionalmente como una de las figuras clave en el desarrollo del arte contemporáneo.

La muestra cuenta con préstamos de numerosas colecciones particulares e instituciones internacionales, entre las que cabe destacar el Museo Morandi, Bolonia; la Fondazione Magnani-Rocca, Mamiano di Traversetolo, Parma; la Collezione Augusto e Francesca Giovanardi, Milán; la Pinacoteca di Brera, Milán; la Collezione Panza, Varese; la Kunstsammlung Nordrhein-Westfalen, Düsseldorf; el Kunst Museum de Winterthur; el Centre George Pompidou, París o el Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid, entre otros.


© Tony Cragg

En total se trata de 109 obras de Giorgio Morandi más 26 obras de veinte artistas contemporáneos: Alfredo Alcaín, Juan José Aquerreta, Carlo Benvenuto, Lawrence Carroll, Tony Cragg,  Ada Duker,    Alexandre Hollan, Joel Meyerowitz, Gerardo Rueda, Alessandro Taiana, Riccardo Taiana, Franco Vimercati, Edmund de Waal, Catherin Wagner y Rachel Whiteread.

La muestra permanecerá abierta al público desde el 24 de Septiembre de 2021 hasta el 9 de Enero de 2022.
 

miércoles, 15 de septiembre de 2021

EL MUSEO NACIONAL DEL PRADO CELEBRA EL 40 ANIVERSARIO DE SU FUNDACIÓN DE AMIGOS


“Cuarenta años de amistad. Donaciones de la Fundación Amigos del Museo del Prado” es el título de la exposición que podrá verse hasta el 16 de enero de 2022 en la sala 9 del edificio Villanueva para reconocer y rendir homenaje a las decenas de miles de Amigos que han brindado su apoyo al Museo y cuyo ejemplo servirá de estímulo para nuevas donaciones.

La  muestra reúne por primera vez las obras donadas por la Fundación Amigos del Museo del Prado gracias a la generosidad de sus miembros. Se trata de 36 obras de un relevante conjunto de artistas, entre los que se incluyen tres de los más grandes maestros que la pintura española ha dado al arte universal: Diego Velázquez, Francisco de Goya y Pablo Picasso, todos ellos, además, íntimamente ligados al Museo Nacional del Prado.

Concpción Serrano después Condesa de Santovenia, Eduardo Rosales

La Inmaculada Concepción, Bartolomé E. Murillo

Desde su creación, en diciembre de 1980, la Fundación Amigos del Museo del Prado no solo  colabora en el enriquecimiento patrimonial del Prado sino que también fomenta un mejor conocimiento de sus colecciones a través de un completo programa de actividades. Hasta la fecha, han disfrutado de sus cursos más de 80.000 alumnos, se han otorgado 1.568 becas, se ha contado con la participación de 650 profesores y los proyectos internacionales puestos en marcha han registrado más de 58.000 asistentes. Desde la firma del convenio entre ambas instituciones en 2009, la Fundación ha aportado al Museo cerca de 30 millones de euros.

Felipe III, Diego Velázquez


Sin título, Alberto García Alix

La exposición recoge los diferentes modos en los que la Fundación ha colaborado en el enriquecimiento de los fondos del Museo por medio de un valioso conjunto de obras que abarcan más de quinientos años, desde los primeros años del siglo XVI al siglo XXI, y que incluyen todo tipo de técnicas, del dibujo a la pintura y la escultura y del grabado a la fotografía. En palabras de Miguel Falomir, Director del Museo Nacional del Prado: “Desde su nacimiento en 1980, la Fundación siempre ha sido receptiva a las peticiones de muy variada índole que le ha ido transmitiendo el Museo y las ha atendido según sus posibilidades, pero también ha tomado la iniciativa con acciones tan relevantes y novedosas”.

Visita de la reina María Amalia de Sajonia al Arco de Trajano en Benevento, Antonio Jolí

Retrato de un enano, Juan van der Hamen y León

Las obras se distribuyen en cuatro secciones que hacen referencia a diferentes modos en los que la Fundación ha colaborado en el enriquecimiento las colecciones del Museo. La primera de ellas, presidida por La Virgen de la granada de Fra Angelico, muestra el grueso de las obras donadas y culmina con el Aníbal vencedor, que por primera vez mira Italia desde los Alpes de Goya, obra donada por la Fundación con motivo de su cuarenta aniversario. La segunda recoge una selección de doce obras de las noventa y seis realizadas por artistas contemporáneos a los que la Fundación invitó a dialogar con las colecciones del Prado y que posteriormente donó al Museo. La tercera muestra las obras que proceden de donaciones de la Comisión de Dibujos y Estampas que la institución creó, dentro del Círculo Velázquez, con el fin de contribuir a enriquecer dicha colección. La última sección se dedica a las obras que tienen relación con la vertiente más internacional de la Fundación, bien donadas por su Patronato Internacional, o a American Friends of the Prado Museum, organización con la que comparte objetivos. .





LA TEMPORADA DE TEATRO DA COMIENZO EN EL FERNÁN GÓMEZ CON LA OBRA ‘TURISTAS” EN LA SALA JARDIEL PONCELA


Braulio y Mari Carmen son una pareja normal. Muy normal. Ella trabaja de cocinera en el comedor de una escuela, y él espera un postergado ascenso en la empresa en la que ha trabajado toda su vida.

Suelen pasar sus 14 días de vacaciones, en una antigua caravana, en el mismo camping, años tras año.  Allí han creado una agradable rutina con sus vecinos de acampada y aprovechan para festejar su aniversario de boda por todo lo alto.

Pero este año es distinto, para congraciarse con su jefe y emular a su eterno contrincante de ascenso, Braulio ha decidido pasar las vacaciones en una playa casi desierta. A pesar de que hay un cartel que prohíbe acampar, a pesar de la falta de cobertura y aislamiento del lugar, y sobre todo, a pesar de que Mari Carmen odia el mar, lo detesta, le provoca mareos y terribles pesadillas.






La obra escrita por Marina Seresesky, dirigida por Álvaro Lavín e interpetada por Chani Martín y Pepa Zaragoza, plantea una serie de preguntas no sólo a los personajes de la misma sino también al espectador, ¿Cómo es posible mirar hacia otro lado? ¿A qué grado de insensibilidad hemos llegado que ya no nos afecta el dolor ajeno, aunque nos estalle en la cara?.

El mundo se desmorona, las tragedias se suceden, la injusticia y la desigualdad se hacen fuertes, y nosotros asistimos impávidos a ese declive, mientras llenamos los centros comerciales y nos obsesionamos con el último modelo de teléfono móvil. Pero entonces… ¿Será que es imposible ser feliz mientras haya alguien que sufra? ¿Acaso no tenemos derecho a una vida tranquila y placentera, aunque haya una guerra librándose en alguna parte del planeta?.

El miedo, la culpa, la falta de empatía, la solidaridad de mercadillo, el deseo de ser feliz a pesar de todo y de todos, se mezcla con un profundo intento de supervivencia que nos polariza: o eres depredador o eres víctima, parece decretar la sociedad.  Y a este dilema se enfrentan Braulio y Mari Carmen, los protagonistas de esta historia.  Ellos tendrán que tomar una decisión vital cuando la tragedia arrasa. Tragedia que se mezcla con humor, absurdo y verdades tan descarnadas como la vida misma…

Marina Seresesky, Chani Martín, Pepa Zaragoza y Álvaro Lavín

La obra permanecrá en cartel en la Sala Jardiel Poncela del Teatro Fernán Gómez desde el 15 de Septiembre hasta el 10 de Octubre para más tarde empezar una gira por distintas capitales de provincia empezando por las Islas Canarias. 

lunes, 13 de septiembre de 2021

EL REAL JARDÍN BOTÁNICO DE MADRID ABRE SUS PUERTAS A LA EXPOSICIÓN DE PILAR MILLÁN “LA SIMETRÍA DE LOS ENCUENTROS”

 


La artista Pilar Millán inaugura en el Real Jardín Botánico (RJB) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en Madrid su última exposición, La Simetría de los Encuentros.


Tras la investigación que ha venido desarrollando en los dos últimos años a partir del largo encuentro que mantuvieron Alexander von Humboldt y José Celestino Mutis en Santa Fe de Bogotá, en el momento histórico de las grandes expediciones científicas, la artista nos presenta un impactante conjunto de obras - piezas que se mueven entre los márgenes de la ciencia -, en muy diversas disciplinas (pintura, fotografía, instalación, escultura y video).

Pilar Millán, conciudadana atemporal de ambos científicos, Mutis y Humbodt, focaliza el proyecto que ahora nos presenta en dos de los campos de investigación de Mutis: la botánica y la mineralogía, para así conducirnos desde la ciencia a la economía y a su intersección como lugar de producción de la cultura fácilmente manipulable. Se ha creado entonces en el Pabellón Villanueva un espacio necesario para estas reflexiones, con unas piezas que nos conducen por los márgenes de la ciencia y que tratan de estimular al visitante no solo como sujeto crítico, sino como cuerpo colectivo no sumiso a las reglas de la historia. 



Pilar Millán es artista visual. Vive y trabaja entre Cádiz y Berlín. Sus proyectos multidisciplinares se dirigen hacia las fronteras culturales, sociales o políticas y sus intersecciones como productoras de conocimiento. En muchos de sus proyectos Millán dirige sus investigaciones a partir de hechos históricos o mitos, que van desde una arqueología de las ideas trascendentales inherentes al ser humano, a sus manifestaciones contemporáneas. Como artista europea, intenta reflejarlo sobre posiciones canonizadas occidentales desde una perspectiva transcultural.


En la presentación de la exposición participarón el director del Real Jardín Botánico (RJB-CSIC), Esteban Manrique; el jefe de Comunicación y Relaciones Exteriores de Puerto A Coruña, Ramón Castro; el comisario de la exposición, Emilio Navarro de Menduiña; y la artista Pilar Millán.



EL MUSEO THYSSEN BORNEMISZA INAUGURA LA EXPOSICIÓN “LA MÁQUINA MAGRITTE”

El gran siglo, 1954

El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza presenta la primera retrospectiva en Madrid dedicada al artista belga René Magritte (1898-1967), uno de los máximos representantes del surrealismo, desde la celebrada en 1989 en la Fundación Juan March. El título de la exposición, La máquina Magritte, destaca el componente repetitivo y combinatorio en la obra del pintor, cuyos temas obsesivos vuelven una y otra vez con innumerables variaciones. Su desbordante ingenio dio lugar a un sinfín de composiciones audaces y de imágenes provocativas, capaces de alterar nuestra percepción, cuestionar nuestra realidad preconcebida y suscitar la reflexión.

El sueño, 1945

Comisariada por Guillermo Solana, director artístico del museo, La máquina Magritte, que podrá visitarse del 14 septiembre de 2021 al 30 de enero de 2022, cuenta con la colaboración de la Comunidad de Madrid y reúne más de 90 pinturas procedentes de instituciones, galerías y colecciones particulares de todo el mundo, gracias al apoyo de la Fundación Magritte y de su presidente, Charly Herscovici. La exposición se completa con una selección de fotografías y películas caseras realizadas por el propio artista, que forma parte de una muestra itinerante comisariada por Xavier Canonne, director del Musée de la Photographie de Charleroi, y que se mostrará ahora en una instalación especial, por cortesía de Ludion Publishers. Tras su presentación en Madrid, La máquina Magritte viajará a CaixaForum Barcelona, donde podrá visitarse del 24 de febrero al 5 de junio de 2022, en una nueva colaboración con la Fundación "la Caixa".

Los paseos de Euclides, 1945

En 1950, René Magritte firmaba, con sus amigos Colinet, Mariën, Nougé y Scutenaire, el catálogo de productos de una supuesta sociedad cooperativa, La Manufacture de poésie. Cada mercancía iba marcada con su precio y acompaña- da por una breve descripción de su utilidad: el “reloj en fa”, para colocar sobre la chimenea y neutralizar la noción del tiempo; la “estatuilla del comendador”, útil hipnótico para distraer del asunto principal; la “varita estridente”, para la detección del color azul... Algunos de los gadgets descritos estaban destinados a automatizar el pensamiento o la creación, como el “cuaderno de omnisciencia” –“repertorio combinatorio para operar la recarga permanente de los procesos de ideación”– o el “rollo verbal” que permitiría, “con una maniobra muy fácil, confec- cionar un número incalculable de poemas”. El más caro de estos artefactos, anunciado por un precio de 25.000 francos, era una “máquina universal para hacer cuadros” cuya descripción prometía: “un manejo muy simple, al alcance de todos, permite componer un número prácticamente ilimitado de cuadros pensantes”.

La alta sociedad, 1965 ó 1966

Delirios de grandeza, 1962

La “maquina de pintar”, aparato descrito por los surrealistas belgas y que da lugar al título de la exposición,  está dedicado a generar imágenes conscientes de sí mismas. La máquina Magritte es una máquina metapictórica, una máquina que produce cuadros pensantes, pinturas que reflexionan sobre la propia pintura.

El título de la muestra, La máquina Magritte, quiere señalar el carácter, no sistemático, pero sí metódico de la obra del pintor belga. Las numerosas réplicas y variantes en la obra de Magritte no fueron solo un recurso comercial, sino, como él decía, un modo de “precisar mejor el misterio, de poseerlo mejor”. El propio artista reconocía que su procedimiento central consistía en generar variaciones y combinaciones a partir de un número reducido de motivos.

Tentativa de lo imposible, 1928

La perspectiva amorosa, 1935

Toda la obra de Magritte es una reflexión sobre la pintura misma, reflexión que aborda con la paradoja como herramienta fundamental. Lo que se nos revela en el cuadro, por contraste o por contradicción, no solo es el objeto, sino también su representación, el cuadro mismo. Para lograr este objetivo, Magritte utiliza los recursos clásicos de la metapintura, de la representación de la representación - el cuadro dentro del cuadro, la ventana, el espejo, la figura de espaldas… - que en su obra se convierten en trampas.



 

miércoles, 1 de septiembre de 2021

VUELVE ARTE VIVO EN LAS VILLAS DE MADRID. Del 4 al 18 de septiembre

 

© Francesco Bongiorni


En septiembre, vuelve Arte vivo en las Villas de Madrid, un proyecto con el que la Comunidad de Madrid lleva el arte de acción a las plazas de las once Villas de la región, con una serie de exposiciones y actividades centradas en la performance, comisariadas por La Juan Gallery. Una propuesta que llegará en septiembre a Chinchón, Patones, Nuevo Baztán, Villarejo de Salvanés y Buitrago del Lozoya, que quiere enfatizar la gran importancia de las plazas públicas como espacio de encuentro y lugar cívico, fundamental en el desarrollo de la vida diaria y los acontecimientos más relevantes de cualquier población.


Miss Beige, Marta Pinilla, Rev Silver, Lidia Toga o Alexia Sayago son algunos de los artistas de la escena performática nacional que compartirán espacio con creadores locales en este proyecto en el que los propios artistas serán soporte de su obra. Una oportunidad para conocer el trabajo de creadores madrileños de primera mano, así como el concepto de arte vivo, a través de una muestra móvil e interactiva en la que el cuerpo se convierte en núcleo de la propuesta artística.


Arte Vivo en las Villas fusionará de manera inédita las actuales tendencias artísticas de la performance y las artes vivas con propuestas más clásicas realizadas por los propios vecinos, como encajes de bolillos, artesanía del esparto, pintura en vivo, escenas teatralizadas o danza contemporánea. No faltarán tampoco música, escultura en piedra y madera, vidrieras al plomo, estudios móviles de fotografía, danzas de folclore tradicional, talleres de títeres, arte textil, grafiti, aerografía o recitales de poesía.

¡Una sorprendente fusión que convertirá las plazas de estas once villas madrileñas en un inolvidable laboratorio artístico de verano!

 
Consulta el calendario de actividades por fechas –clic aquí-

LA GALERÍA FÚCARES DE ALMAGRO REABRE SUS PUERTAS CON VARIACIONES SOBRE EL BODEGÓN DE "EL CARDO", DE SÁNCHEZ-COTÁN

 


Nos cuenta Luis Francisco Pérez que el título de esta exposición - Variaciones sobre el bodegón de “El Cardo” de Sánchez Cotán en el Museo de Bellas Artes de Granada - es lo suficientemente indicativo de la plural y muy abierta cualidad artística/estética que en ella se presenta, pero sería una equivocación depositar en el rótulo o epígrafe la muy variada y admirable densidad icónica y representacional que cincuenta han creado con el deseo de leer, y desde la irrenunciable práctica y defensa de su propio arte, el muy bello bodegón de Juan Sánchez Cotán que atesora el museo granadino.

Es innegable que las Variaciones se han practicado casi desde siempre, y ciertamente desde que el ser humano artista supo que la copia o mímesis es uno de los muchos nombres que posee la palabra “admiración”, o lo que es lo mismo: interpretar obras del pasado, casi siempre pinturas pero también esculturas, como ejercicios creativos donde confluyen el amor y el entusiasmo por esos nobles ejemplos de “Maestros Antiguos”. Lo recién creado, entonces, será ejemplo de una entregada fascinación que nada o muy poco tiene que ver con el original, pero el espectador sensible habrá ganado el conocimiento y aprecio de nuevos artistas hasta entonces para él o ella desconocidos.


Y esta es, en esencia, la razón principal de esta admirable exposición colectiva, de estas Variaciones. En una exposición donde conviven un número elevado de artistas, bien podemos afirmar que quienes se acerquen a contemplar esta muestra se encontrarán ante una orquesta considerable de intérpretes donde los integrantes de la misma forman una totalidad por medio de la irrenunciable suma de singularidades expresivas. 

En el bodegón de “El Cardo” - quizá el más “luterano” (y misterioso) de todos los realizados por el pintor manchego nacido en Orgaz, Toledo, en 1560 - se ven cuatro zanahorias (dos ellas en un estado poco saludable, y las restantes parecen seguir el mismo camino), y un cardo de contundente presencia. Las verduras se nos muestran “presentadas”, y ello es común a otros bodegones del autor, sobre lo que parece un quicio o ventana. Si bien el fondo es de una inquietante y negra oscuridad (rasgo igualmente común a otras naturalezas muertas del artista), la potente luz que viene desde la izquierda consigue la visibilidad de contrastadas sombras.

Pues bien, a partir de tan humildes y ascéticas viandas que parecen surgir con el refinado ritmo de la estructura compositiva (se ha hablado de la música en la pintura de Sánchez-Cotán) es donde los artistas invitados a la muestra han creado lo que podríamos definir como “paradojas de la representación”. Nos encontramos, en definitiva, ante una Alegoría multiplicada por cincuenta ofrendas alegóricas, entre las cuales se pueden encontrar pinturas, esculturas, collages y diferentes formas de representación, pues diferentes son las miradas e interpretaciones de quienes participan en la exposición.