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miércoles, 1 de septiembre de 2021

LA GALERÍA FÚCARES DE ALMAGRO REABRE SUS PUERTAS CON VARIACIONES SOBRE EL BODEGÓN DE "EL CARDO", DE SÁNCHEZ-COTÁN

 


Nos cuenta Luis Francisco Pérez que el título de esta exposición - Variaciones sobre el bodegón de “El Cardo” de Sánchez Cotán en el Museo de Bellas Artes de Granada - es lo suficientemente indicativo de la plural y muy abierta cualidad artística/estética que en ella se presenta, pero sería una equivocación depositar en el rótulo o epígrafe la muy variada y admirable densidad icónica y representacional que cincuenta han creado con el deseo de leer, y desde la irrenunciable práctica y defensa de su propio arte, el muy bello bodegón de Juan Sánchez Cotán que atesora el museo granadino.

Es innegable que las Variaciones se han practicado casi desde siempre, y ciertamente desde que el ser humano artista supo que la copia o mímesis es uno de los muchos nombres que posee la palabra “admiración”, o lo que es lo mismo: interpretar obras del pasado, casi siempre pinturas pero también esculturas, como ejercicios creativos donde confluyen el amor y el entusiasmo por esos nobles ejemplos de “Maestros Antiguos”. Lo recién creado, entonces, será ejemplo de una entregada fascinación que nada o muy poco tiene que ver con el original, pero el espectador sensible habrá ganado el conocimiento y aprecio de nuevos artistas hasta entonces para él o ella desconocidos.


Y esta es, en esencia, la razón principal de esta admirable exposición colectiva, de estas Variaciones. En una exposición donde conviven un número elevado de artistas, bien podemos afirmar que quienes se acerquen a contemplar esta muestra se encontrarán ante una orquesta considerable de intérpretes donde los integrantes de la misma forman una totalidad por medio de la irrenunciable suma de singularidades expresivas. 

En el bodegón de “El Cardo” - quizá el más “luterano” (y misterioso) de todos los realizados por el pintor manchego nacido en Orgaz, Toledo, en 1560 - se ven cuatro zanahorias (dos ellas en un estado poco saludable, y las restantes parecen seguir el mismo camino), y un cardo de contundente presencia. Las verduras se nos muestran “presentadas”, y ello es común a otros bodegones del autor, sobre lo que parece un quicio o ventana. Si bien el fondo es de una inquietante y negra oscuridad (rasgo igualmente común a otras naturalezas muertas del artista), la potente luz que viene desde la izquierda consigue la visibilidad de contrastadas sombras.

Pues bien, a partir de tan humildes y ascéticas viandas que parecen surgir con el refinado ritmo de la estructura compositiva (se ha hablado de la música en la pintura de Sánchez-Cotán) es donde los artistas invitados a la muestra han creado lo que podríamos definir como “paradojas de la representación”. Nos encontramos, en definitiva, ante una Alegoría multiplicada por cincuenta ofrendas alegóricas, entre las cuales se pueden encontrar pinturas, esculturas, collages y diferentes formas de representación, pues diferentes son las miradas e interpretaciones de quienes participan en la exposición. 



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