Verde que te quiero verde.
Bajo la luna gitana,
las cosas le están mirando
y ella no puede mirarlas.
En agosto de 1924 el poeta Federico García Lorca escribió un bellísimo poema al que puso por nombre ‘Romance Sonámbulo’. Es en dicho poema y en algunos otros del autor, en lo que ha basado Antonio Najarro un hermoso ballet del que Alberto Conejero ha sido responsable de la dramaturgia y José Luis Montón de la composición musical.
Romance sonámbulo forma parte de una de las obras más importantes de García Lorca, El Romancero Gitano, cuya compilación se publicaría unos años más tarde en 1928. Se trata de un poema irrepetible en el que se encuentran compendiados los símbolos fundamentales de la poesía y el teatro lorquianos. La complejidad del poema y su carácter onírico hacen muy difícil la interpretación del mismo; así el propio autor nos invita a considerar el romance como un texto misterioso abierto a múltiples lecturas: “Es un hecho poético puro del fondo andaluz, y siempre tendrá luces cambiantes, aun para el hombre que lo ha comunicado que soy yo.”
Antonio Najarro y Alberto Conejero han querido preservar ese misterio, creando un ballet en cuyo corpus se aprecia la huella de las tres culturas que conformaron la Granada del poeta: la hispanoárabe, la judía y la cristiana. Esta riqueza los ha permitido desplegar toda la potencia y la diversidad de todos los estilos de la danza española.
Con el Romance sonámbulo en el corazón de la pieza, han reunido otros poemas nocturnos del autor granadino: desde los versos de juventud en Libro de poemas hasta los de Diván del Tamarit. Son poemas atravesados por el rumor constante de surtidores, aljibes y pozos, y en los que el deseo aparece como una fuerza indócil.
Romance sonámbulo es un espectáculo de ballet español tan granadino como universal, tan íntimo como espectacular, que muestra a través de la danza la oscura belleza y la sensualidad perseguida de los poemas nocturnos de Lorca.
El espectáculo es una verdadera delicia en el que destaca la belleza de los movimientos gráciles y sutiles de Lidia Gómez, María Fernández, Alejandra de Castro, Cristina Carnero, María Gómez y Eva Jiménez, así como la elegancia y la pasión de Daniel Ramos, Álvaro Brito, Ethan Soriano, Diego Olmier, Javier Moreno, Alejandro Lara, Álvaro Madrid (11 a 18 de abril) y David Acero (19 y 20 de abril) y por supuesto la sobresaliente actuación de Daniel Ramos en su papel del poeta.
En este ballet desarrollado en cinco actos, los bailarines están acompañados en todo momento con música directa en escena interpretada por José Luis Montón (Guitarra), Thomas Potiron (Violín), Juan Carlos Aracil (Flauta), Josue Barrés (Percusión) y la maravillosa voz de María Mezcle, que al mismo tiempo que ejerce como cantaora, a veces recitando y a veces cantando, interpreta también el personaje de la luna y que recibió en el día del estreno una gran ovación y varios vítores por parte del público tanto durante la representación como al final de la misma.
Yaiza Pinillos ha sido la encargada de crear un vestuario en el que se conjugan estilos muy diferentes y que está inspirado en las ilustraciones de Federico García Lorca. Es un vestuario en general con colores neutros en el que están presentes, la tierra, la pureza, el deseo, las distintas culturas que concurren en Granada.
Las video proyecciones de Emilio Valenzauela y la iluminación de Nicolás Fischtel contribuyen a crear un espacio onírico que realzan las expresiones de los bailarines y acentúan la coreografía.
Sin duda es un espectáculo que merece la pena ver y la lástima es que serán muy pocas las representaciones ya que solo permanecerá en el Teatro Español hasta el 20 de abril.
Fotografías © Conchita Meléndez
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