El teatro Español sube al escenario una obra del autor de Tiempo de Silencio, que ha sido considerada una de las mejores novelas españolas del XX. Si bien en el ámbito literario Luis Martín Santos escribió poesía, relatos y novela, no se tenía noticia hasta ahora de que hubiese desarrollado su labor también en el campo del teatro. Fue durante la preparación del centenario de su nacimiento cuando se hallaron una serie de escritos inéditos, que se compone de un pequeño corpus de obras dramáticas entre las que destaca Viaje hasta el límite, un drama con claras resonancias de Sartre, O’Neill o el propio Shakespeare; un drama existencial con un lenguaje poderoso que traslada a escena la mirada lúcida y crítica del autor.
La obra que ha sido dirigida por Eduardo Vasco narra la historia de una familia patriarcal en la que un poderoso empresario aquejado por la polio se ve obligado a vivir aferrado a una silla de ruedas. Su amargura le lleva a desconfiar de todos los demás miembros que habitan en la casa hasta el punto de tratarlos de un modo tiránico. El cree que ninguno de ellos, ni su hijo, ni su esposa, una bella mujer más joven que él y de procedencia humilde, sienten nada por él y que solo les mueve su dinero. La repentina presencia de un desconocido que llega a proponerle un negocio, por mediación de su hijo, acaba ocasionando que en cada uno de ellos afloren sus más bajos instintos y que los acontecimientos se precipiten en un final inesperado.
Puede parecer éste un argumento más de codicia y ambición pero bajo la piel de cada uno de los personajes hay mucho más. El hijo en realidad busca que el padre le reconozca, que crea en él, que le vea capaz de crecer aunque para ello necesite su ayuda. La mujer busca la ternura y el amor que el marido no sabe darle y hasta el intruso, un hábil embaucador acaba cayendo en las redes del amor. Únicamente la criada, sin duda enamorada del empresario, permanece fiel a éste, aunque tampoco ella es del todo honrada.
Para este drama que encaja perfectamente en la época en que fue escrito, Eduardo Vasco ha escogido un elenco que está formado por Ernesto Arias como Pedro, el patriarca, Lara Grube como Gloria, la esposa, Agus Ruiz es el intruso, Luis Espacio es Alberto, el hijo, Eva Trancón es María, la criada e Iván López-Ortega, siempre desde un discreto segundo plano pone música de piano a la representación.
El apartado musical, tanto el interpretado por Iván como el resto, que escuchamos a través de un antiguo tocadiscos, es parte fundamental de esta historia y está presente en los momentos más representativos. Tanto la música original como el ambiente sonoro son obra de Eduardo Vasco, que en su faceta como músico ya ha intervenido en gran número de espectáculos propios y ajenos.
La escenografía sencilla pero efectiva es obra de Carolina González y la iluminación de Miguel Ángel Camacho. Para el vestuario se ha contado con el diseñador Lorenzo Caprile.
La obra permanecerá en cartel del 3 de mayo al 8 de junio en la sala principal del Teatro Español.
Fotografías © Conchita Meléndez
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