El Teatro Valle-Inclán sube a su escenario principal un texto escrito y dirigido por el polifacético Miguel del Arco que suena a música de uno de los más relevantes músicos del siglo XIX, Piotr Ilich Chaikovski. La obra tiene por nombre el de la Sinfonía n.º 6 en si menor, Op. 74, también conocida como «Patética» o «Apasionada» y es la última sinfonía de Piotr Chaikovski que se estrenó en San Petersburgo nueve días antes de su muerte.
Partiendo de este hecho y también inspirada libre y remotamente en la novela Morir de Arthur Schnitzler, Miguel del Arco crea un personaje trágico, Pedro Berriel, un director de orquesta inmerso en la grabación de la Sinfonía de Chaikovski que en todo momento está acompañado por el propio compositor ruso con quien dialoga y comparte sus alegrías y sus frustraciones. Sus delirios, totalmente reales para él, son motivados por un tumor cerebral que acabará con su vida en un breve período de tiempo. La angustia por culminar la obra artística que, de alguna manera, suponga una resistencia a su propia muerte se mezcla con la angustia real que esta le produce. Sin embargo su deseo de inmortalidad traducida en dejar un legado a la posteridad, tal como lo hiciera su compañero en el camino hacia el final, es tan fuerte que incluso en los momentos más duros solo piensa en acabar la grabación.
Todo esto contado así puede parecer un dramón pero lo cierto es que Miguel del Arco, con gran acierto, le ha dado a su obra un ritmo que mezcla lo trágico con lo cómico y que lleva al espectador a disfrutar de las dos horas que dura la función sin mirar el reloj ni una sola vez.
Por supuesto a ello han colaborado las magníficas interpretaciones de todo el elenco que encabezado por Israel Elejalde, en el papel de Pedro Berriel y Jesús Noguero como Chaikovski tienen a su alrededor toda una gama de personajes, interpretados con gran maestría. Jon, al que da vida Jimmy Castro, la pareja sentimental de Pedro, que le ayudará a luchar contra la enfermedad. La madre y el padre de Pedro quien, en el final de sus días, se enfrentará a ellos para decirles lo que nunca antes se atrevió. Y junto a ellos desfila ante los ojos del público una amplia galería de personajes que configura las diferentes capas o niveles de ficción de este viaje existencial y onírico de Pedro Berriel que nos presenta el montaje. Los intérpretes Inma Cuevas, Juan Paños, Manuel Pico o Francisco Reyes cambiarán la piel en personajes tan variopintos como el presidente ruso Vladímir Putin, el filósofo francés Michel de Montaigne, la Gloria, un crítico musical o la misma Muerte.
Miguel del Arco destaca la presencia del humor en este montaje como la forma de expresión natural para presentar el tema universal de la muerte llevando la peripecia vital del protagonista a situaciones extremas llenas de comicidad como su diálogo con la Gloria o la misma Muerte. Para el dramaturgo y director «el humor es la única posibilidad de relativizar seguramente mi propia intensidad. Creo que si no fuera capaz de reírme de mí mismo, ya habría reventado a estas alturas».
Sobre la puesta en escena del montaje, Miguel del Arco desvela que «el director y el resto del equipo creativo han tenido que bregar con la enajenación del autor que ha escrito lo que le ha dado la gana sin pensar en la dificultad de ponerlo en escena. Por otro lado, ha sido muy divertido, entretenido y seguramente muy desquiciante también buscar la fórmula para hacerlo. Y no nos cabe duda de que lo han conseguido y lo han hecho muy bien. Sin duda con la ayuda del equipo artístico que está formado por Paco Azorín (escenografía), David Picazo (iluminación), Ana Garay (vestuario), Sandra Vicente (sonido), Arnau Vilà (composición musical) y Asier Eguskitza (coach de dirección orquestal).
El Centro Dramático Nacional comunica que se amplía una semana las funciones de La Patética que, finalmente, podrá verse en la Sala Grande del Teatro Valle-Inclán en Madrid, a partir del 8 de mayo y hasta el 22 de junio de 2025.
Fotografías © BSP
No hay comentarios:
Publicar un comentario