Mi primer acercamiento a la obra de Ibsen fue en 1964, cuando apenas contaba 9 años de edad o ni siquiera eso. Fue la versión que Juan Guerrero Zamora, realizó para Televisión Española cuando aún se hacía teatro en directo. El espacio se llamaba Primera Fila y la obra fue protagonizada por Elena María Tejeiro y Paco Morán. Mi madre formaba parte del reparto y yo solía acompañarla a los ensayos en unas salas habilitadas para tal fin en un restaurante llamado Casa Pepe, muy próximo a la antigua sede de los estudios de Televisión en el Paseo de la Habana. Debió de ser una de las últimas obras de teatro que se hicieron allí ya que unos días después se inauguraban los nuevos estudios de Prado del Rey.
Desde entonces han sido muchas las versiones que he visto de Casa de Muñecas, incluída la película A Doll's House (1972) dirigida por Joseph Losey, y un par de ellas representadas en el teatro Fernán Gómez en el 2011, con dirección de Amelia Ochandiano, y en el 2017 con un atrevido montaje de José Gómez-Friha. Ahora este mismo teatro vuelve a subir a sus escenarios el personaje de Nora, interpretado en esta ocasión por María León, en una versión de Eduardo Galán que la lleva a nuestros días y bajo la dirección de Lautaro Perotti.
Según Perotti, una de las novedades de la nueva versión de la obra de Ibsen es el hecho de que en esta ocasión Nora decide no echar culpas sino revisar sus decisiones tomadas tanto en su matrimonio como en su vida y atreverse a enfrentarse a ella misma, a mirarse al espejo y decidir cambiar el rumbo de su vida. La obra 150 años después nos sigue interpelando, nos sigue haciendo preguntarnos que hicimos con nuestra vida, que decisiones tomamos, dónde nos equivocamos y si seremos capaces de rectificar.
Evidentemente muchas cosas han cambiado en la sociedad desde que Henrik Ibsen escribió Casa de muñecas, porque en el fondo la obra no trata solo de una crisis matrimonial sino de unas normas sociales impuestas a las que todos hemos tenido que someternos en algún momento de nuestras vidas. Sin embargo como espectadores seguimos sintiendo que aún a día de hoy siguen dándose situaciones en las que muchas mujeres siguen identificándose con Nora y más de una necesitaría dar un portazo.
A María León la acompañan en el reparto Santi Martin como Osvaldo Helmer, marido de Nora, Alejandro Bruni como el Doctor Rank, amigo del matrimonio y secretamente enamorado de Nora, Pepa Gracia, en el papel de Cristina Linde, amiga de Nora y que es quien propicia los acontecimientos que llevarán al desenlace y Patxi Freytez, en el papel de Óscar el procurador, en la obra original Krogstad.
El diseño de escenografía y vestuario es de Lua Quiroga, quien reduce el escenario al mínimo jugando con una especie de cajas que según van girando y se van desplazando pasarán de ser un salón a un dormitorio o a un cuarto de baño, representando de ese modo las distintas estancias en las que se desarrolla la trama. El diseño de iluminación es de Luis García (Secuencia 3) y la música original y espacio sonoro de Manu Solís.
Casa de Muñecas, que en cierto modo simboliza el nacimiento de la independencia de la mujer frente al dominio del hombre en las relaciones familiares y de pareja podrá verse en la Sala Principal del Teatro Fernán Gómez hasta el 22 de junio en horario de martes a sábado: 20 h. – Domingo: 19 h.
Fotografías ©Conchita Meléndez
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