En la sala principal del teatro Español se puede ver en estos días, del 12 de junio al 25 de julio, la adaptación que David Serrano ha hecho de la obra maestra del dramaturgo Tennessee Williams, que sin duda es una de las cumbres de la dramaturgia norteamericana, un texto incuestionable sin el que es imposible entender el teatro del siglo XX. "El tranvía" resulta hoy tan rica y poderosa como cuando se estrenó hace ya más de setenta y cinco años. Muy pocas obras han aguantado tan bien el paso del tiempo y es difícil encontrar otra función que esté tan presente en la memoria de los espectadores de todo el mundo.
Quizás precisamente por eso David Serrano afirma: “Mi intención es alejarme todo lo posible de la adaptación cinematográfica de Elia Kazan, tanto en la puesta en escena como en el trabajo actoral. La película está muy presente en el recuerdo de los espectadores y lo más inteligente que podemos hacer es alejarnos de ella y encontrar nuestro propio camino para contar esta fascinante historia.”
La obra cuenta con cinco de los actores más brillantes de nuestro país: Nathalie Poza, Pablo Derqui, María Vázquez, Jorge Usóny Carmen Barrantes. A quienes se unen Rómulo Assereto, Mario Alonso y Carlos Carracedo.
La escenografía es de Ricardo Sánchez Cuerda, la Iluminación de Juan Gómez-Cornejo y el vestuario de Ana Llena.
Considerada una de las obras más importantes de la literatura estadounidense, Un tranvía llamado Deseo, ganadora en 1948 del Premio Pulitzer en la categoría Drama, cuenta la historia de Blanche DuBois, una dama sureña con delirios de grandeza, refugiada en un mundo inventado, presumida, altanera, alcohólica y desequilibrada, y Stanley Kowalski, su rudo y violento cuñado, miembro de la clase inmigrante proletaria. Deseo, sexualidad, maltrato, negación y locura son algunos de los grandes temas que plantea la obra, aunque la característica principal de esta obra es el enfrentamiento de dos culturas.
Fotografías © Conchita Meléndez
No hay comentarios:
Publicar un comentario