Hemos visto y leído tanto sobre el Holocausto que nos parece que ya lo sabemos todo, pero parece que siempre hay algo más que contar, otra visión, otro punto de vista, otra perspectiva, y eso es lo que nos plantea la obra que Sergio Peris-Mencheta, en su regreso a los escenarios dirige en los Teatros del Canal.
El texto de Moisés Kaufman y Amanda Gronich refleja las vidas de los nazis que trabajaron en el campo de exterminio de Auschwitz a partir de las fotografías de un álbum que permaneció inédito hasta 2007
Víctor Clavijo, Clara Alvarado, Eric de Loizaga, Nacho López, Irene Maquieira, Natxo Núñez, María Pascual y Paloma Porcel interpretan del 5 al 29 de junio esta pieza que reconstruye la historia por la que esas imágenes salieron a la luz pública.
Blaubeeren es una obra documental de Moisés Kaufman y Amanda Gronich, finalista de los premios Pulitzer en Estados Unidos el pasado año.
El origen de Blaubeeren es el hallazgo de un álbum de fotos de la Segunda Guerra Mundial nunca antes vistas y que fueron enviadas a Rebecca Erbelding, la directora de archivos del Museo del Holocausto de los Estados Unidos. Las fotos mostraban a los oficiales que administraban Auschwitz, el campo de exterminio más letal en la historia de la humanidad.
El llamado álbum Hoecker, con 116 fotografías, recibió este nombre por su propietario, Karl Hoecker, el último ayudante del comandante de Auschwitz-Birkenau. En él se documentaba la vida cotidiana de los nazis en el campo: visitas, ceremonias oficiales, actividades sociales, momentos de descanso en que hombres y mujeres toman el sol, se divierten… Cuando las imágenes aparecieron en las portadas de los periódicos de todo el mundo, un empresario alemán reconoció en ellas a su abuelo y al indagar sobre este descubrimiento conoció a otros descendientes de nazis y tuvo que enfrentarse con el pasado de su propia familia. ¿Cuánto sabían realmente los descendientes de aquellos hombres y mujeres que dirigieron y trabajaron en Auschwitz y en otros campos de exterminio? Porque como señala Kauffman “Una cosa es luchar como soldado y cometer una violencia indescriptible contra un pueblo. Otra muy distinta es marcar las matanzas en masa con canciones casuales y picnics despreocupados al aire libre”
La principal referencia de Blaubeeren es la historiadora y archivera del Museo del Holocausto de Estados Unidos Rebecca Erbelding, junto a otros personajes reales, como el nieto del arquitecto de Auschwitz, Marrick Smith y el SS Karl Höcker. Como ha señalado el propio Peris-Mencheta en una entrevista, este es un espectáculo “sobre la banalidad del mal que puede suceder en cualquier parte por desgracia. La maldad habita en uno y con el cerebro suficientemente bien lavado uno puede estar en la cadena de un proceso diabólico
Durante toda la representación no se oyó un solo ruido en la sala, no hubo una sola tos, nadie abrió un caramelo, ni miró una sola vez el móvil, el silencio fuera del escenario era absoluto, al menos el día que yo la vi. Parecía como si todo el mundo contuviera la respiración y sin embargo la obra no se ceba en momentos macabros, es pura investigación y quizás por eso resulta más dramática. Porque nos hace preguntarnos muchas cosas. Entre ellas, a mí al menos, nos plantea sí dentro de unos años no tendremos sobre el escenario el reverso de la moneda. Sí ese pueblo que ha sufrido todo lo que ha sufrido, ignora lo que su país le está haciendo a otro pueblo o si como los descendientes de los nazis prefiere mirar a otro lado.
La labor de Peris-Mencheta y de todo el equipo es impecable, con muy pocos elementos en escena en una escenografía realizada por Alessio Meloni e iluminación de Pedro Yagüe se consigue un clima cerrado que nos oprime el corazón. Pero sobre todo es el diseño de audiovisuales de Emilio Valenzuela quien nos hace entrar de lleno en la historia. Son las imágenes de ese álbum las que nos muestran a una serie de individuos que disfrutaban de una vida alegre y divertida mientras al otro lado de la valla morían miles de personas.
Elenco © Conchita Meléndez
Destacar también la doble labor del elenco, que además de actuar ponen música a la representación con diversos instrumentos: Clara Alvarado, clarinete y piano; Víctor Clavijo, piano; Eric de Loizaga, trikitixia; Nacho López, guitarra; Irene Maquieira, viola; Natxo Núñez, piano, guitarra y flauta; Maria Pascual, piano y Paloma Porcel, ukelele.
Imágenes cedias para difusión.
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