En la compleja danza de relaciones familiares, a menudo nos encontramos atrapados entre el amor, el odio, la incomunicación y la soledad. Es en este torbellino de emociones donde se sitúa "Camino largo de vuelta a casa", una obra del dramaturgo Iñigo Guardamino que arroja luz sobre los intrincados vínculos que unen a tres generaciones de mujeres bajo un mismo techo.
La trama de la obra se desarrolla en torno a Filomena, una anciana que, a sus noventa años, vive en una suerte de letargo emocional, anhelando la muerte como única liberación. Su hija Begoña, por otro lado, se dedica a persuadir a potenciales suicidas para que elijan la vida, mientras lucha con sus propias batallas internas. Y finalmente, está Luisa, la nieta, atrapada en el hogar materno debido a las circunstancias económicas, enfrentando la incertidumbre propia de la juventud tardía.
Lo que en apariencia debería ser un refugio se convierte en un campo de batalla emocional donde la comunicación es escasa y las tensiones están a flor de piel. Guardamino ahonda en la complejidad de estos lazos familiares, donde el amor y la frustración se entrelazan de manera inextricable. La casa que habitan estas mujeres no es un hogar en el verdadero sentido de la palabra, sino más bien una cárcel emocional donde se sienten atrapadas, incapaces de encontrar la paz interior.
La búsqueda del verdadero hogar, ese lugar donde se es uno mismo y se está a salvo de todo, es el hilo conductor de la obra. A través del diálogo y la confrontación, Filomena, Begoña y Luisa emprenden un viaje emocional en busca de ese refugio perdido. En el transcurso de la historia, secretos guardados durante años salen a la luz, viejas heridas vuelven a abrirse y las tensiones familiares alcanzan su punto álgido.
La interpretación de las tres protagonistas, Amparo Pamplona, Belén Ponce de León y Helena Ezquerro, es magistral, dando vida a unos personajes complejos y llenos de matices. Acompañadas por la presencia etérea de una sombra al otro lado del teléfono a la que da vida José Emilio Vera, las actrices logran transmitir toda la gama de emociones que embargan a sus personajes.
"Camino largo de vuelta a casa" no es solo una obra de teatro, es un viaje introspectivo que invita al espectador a reflexionar sobre la naturaleza de los lazos familiares y el verdadero significado del hogar. A través de la comedia negra y el drama, Guardamino nos muestra que el camino hacia la reconciliación con nuestros seres queridos puede ser largo y tortuoso, pero que al final del túnel siempre hay una luz de esperanza, un hogar donde encontrar la paz interior.
© C. Meléndez
La obra que se estrenó ayer en la Sala Margarita Xirgu estará en cartel hasta el próximo 4 de mayo.
Fotografías de escena cedidas por el Teatro Español
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