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miércoles, 30 de marzo de 2022

TE LLAMARÉ HOJA, UNA REUNIÓN DE OBRAS DE SOLEDAD SEVILLA SE EXHIBEN EN EL JARDÍN BOTÁNICO


Soledad Sevilla, valenciana de nacimiento pero afincada entre Granada y Madrid reúne un completo monográfico representado en siete de sus obras, todas ellas de gran formato que se encuentran entre las más representativas  de la autora. 

La obra ha sido comisariada por Juan Antonio Álvarez Reyes, director del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, entidad a la que en el año 2020 tras recibir el Premio Velázquez de Artes Plásticas, Soledad Sevilla decidió donar una parte muy importante de su producción artística.  La muestra incluye entre otras una de las obras de su serie Insomnio que recientemente fue adquirida en subasta por la propia autora para su colección particular con la idea de que presida su estudio. 


La exposición Soledad Sevilla. Te llamaré hoja cuenta con una selección de obras muy relacionadas con el entorno en el que se exponen: el Pabellón Villanueva del Real Jardín Botánico de Madrid. 

Por un lado, los secaderos de tabaco de la Vega de Granada y, por otro, una serie de obras que tienen a los muros vegetales como punto de partida. En ambas series la abstracción y la repetición, característica desde los inicios de su trayectoria, perviven y se acentúan para acabar proporcionando a estos paisajes cierto sentido naturalista.


“La creación se estimula con la mirada”, como señala la propia Soledad Sevilla, y así ocurrió con la visión de la arquitectura de unos secaderos, que son las primeras obras que se encuentran en el recorrido de la muestra y de donde parte una de las series pictóricas más importantes de su trayectoria. De ella se exponen en el RJB, Apóstoles blancos (2007) y Canción gris I y II (2009).  

Por otro lado, la contemplación de un muro vegetal una tarde en Granada, donde una hiedra cubría por completo una tapia y la brisa movía sus hojas, fue el inicio de la instalación Te llamaré hoja (2005) que da pie al título de la muestra, pero también de Apamea (1999), un gran lienzo cuyo título hace referencia a una antigua ciudad siria. A ambas se unen otras dos obras relacionadas con lo vegetal y de procedencia diversa: Veinte años más tarde (1999-2000) e Insomnio al alba (2000). 


Como queda de manifiesto en la larga y fructífera carrera de Soledad Sevilla, la investigación constante y el incansable hacer demuestran que en la vida no todo es azar, puesto que la voluntad de conocimiento y su experiencia también determinan nuestro ser y estar en el mundo. 


La presentación de la exposición Soledad Sevilla. Te llamaré hoja ha contado con la presencia del director del Real Jardín Botánico, Esteban Manrique, el comisario de la exposición y director del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, Juan Antonio Álvarez Reyes, y la propia pintora Soledad Sevilla.


miércoles, 23 de marzo de 2022

LA IMAGEN GRÁFICA COMO LENGUAJE UNIVERSAL Y HERRAMIENTA DE REIVINDICACIÓN SOCIAL

ELIZABETH CATLETT

El Museo Reina Sofía acaba de inaugurar la exposición De Posada a Isotype, de Kollwitz a Catlett, que centra su investigación en la evolución del arte gráfico y su papel como herramienta de reivindicación social durante la primera mitad del siglo XX en Alemania y México. Se trata de una técnica que, sin haber gozado de una gran preeminencia en la historiografía tradicional sirvió en esa época como una potente herramienta política para un amplio número de movimientos artísticos internacionales. Como indican los comisarios Benjamin H.D. Buchloh y Michelle Harewood, una de las claves fue que “la imagen gráfica se convirtió en un lenguaje universal” en diferentes contextos.

ELIZABETH CATLETT

La muestra reúne más de 450 obras realizadas con distintas técnicas (xilografía, punta seca, linóleo, litografía, entre otras), muchas de ellas procedentes de importantes colecciones privadas e instituciones como The Metropolitan Museum of Art y el MoMA, de Nueva York; The Art Institute de Chicago; la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, en Washington; el Centre Pompidou, de Paris, o el Kunstmuseum de la Haya. 

Ocupa nueve salas divididas en cuatro grandes secciones. Se inicia con las dos grandes figuras del grabado de finales del siglo XIX y principios del XX que se convirtieron en referentes ineludibles en el desarrollo posterior del arte gráfico: el mexicano José Guadalupe Posada y la alemana Käthe Kollwitz.  Ambos ejercieron una enorme influencia en las generaciones posteriores de artistas gráficos políticos de México, Estados Unidos, la Unión Soviética y China.  



Situados en dos extremos artísticos, Posada realizaba mordaces caricaturas políticas, anuncios y viñetas en el contexto de la Revolución mexicana. Considerado como un gran caricaturista, trabajó en Ciudad de México como ilustrador para editoriales que difundían periódicos como la Revista de México y La Patria Ilustrada así como panfletos destinados a un público mayoritariamente semianalfabeto. El artista produjo miles de imágenes y en muchas de ellas partía de uno de los iconos más comunes de México, el esqueleto y la calavera, como puede observarse en sus obras expuestas, entre ellas los grabados Calavera las bicicletas (ca. 1900) o La Calavera Oaxaqueña (1903).  

JOSÉ GUADALUPE POSADA


Por su parte, la obra de Kollwitz,  criada en una familia de fuertes convicciones socialdemócratas, trató de continuar la tradición realista más depurada de las artes gráficas para representar la vida social de las mujeres y la clase trabajadora del Berlín de principios del siglo XX. La artista adoptaba una cariz socialista y feminista para denunciar los dramas de la Alemania de su época.

KATHE  KOLLWITZ -  Autorretrato

La segunda sala de la muestra está dedicada a la producción gráfica alemana después de la Primera Guerra Mundial y, de forma específica, a la obra realizada por artistas como Max Beckmann (18841950), Otto Dix (1891-1969) y George Grosz (1893-1959), tres de los pintores postexpresionistas más destacados de Alemania.

Entre 1919 y 1924 estos autores realizaron diferentes grabados donde reflejaron, cada uno con su impronta particular, los traumas de la Primera Guerra Mundial en Alemania y su oposición al resurgimiento militarista y al revanchismo de la derecha.

La tercera y más extensa sección de la exposición, desplegada en seis salas, se centra en el Taller de Gráfica Popular (TGP) de México, un país que, tras el proceso revolucionario iniciado en 1910, también participó en el debate acerca de las ventajas del medio gráfico como herramienta de comunicación y educación de las clases trabajadoras y rurales.  


La constitución del Taller de Gráfica Popular se llevó a cabo en el seno de la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR) y entre sus objetivos figuraba el fomento de la producción gráfica “en beneficio de los intereses del pueblo de México” a través de un sistema de trabajo colectivo.


Los integrantes del Taller se reunían semanalmente para tratar de forma democrática los temas de interés, definir qué organizaciones del movimiento obrero necesitaban apoyo y si el grupo estaba dispuesto a colaborar con ellas y de qué forma.  

La producción de una gran cantidad de folletos, carteles, panfletos y grabados por parte de este gremio no solo contribuyó al fortalecimiento de formaciones políticas progresistas que respaldaban causas como la nacionalización de los recursos mineros y petroleros o los derechos a la tierra de las poblaciones indígenas, sino también la lucha contra el fascismo.  
ANGEL BRACHO



La obra de los artistas del Taller ocupa varias salas entre las que destaca la dedicada a la aportación realizada al TGP por exiliados procedentes de Europa que huían del ascenso del fascismo. En 1938, Heinrich Gutman, que había ocupado cargos directivos en la LEAR como redactor responsable de la revista Frente a Frente, funda la Liga Pro Cultura Alemana que organizó en 1939 una serie de conferencias sobre el nazismo y el fascismo, que se anunciaron mediante carteles realizados por los artistas más activos del TGP de la época.   

MARGARET BURROUGHS

El visitante puede contemplar también obras de otros artistas afroamericanos como Margaret Taylor Burroughs (1915-2010), John Woodrow Wilson (1922–2015) y Charles White (1918- 1979), muy comprometidos política y socialmente y que se refugiaron en México durante la represión política y racial de la era McCarthy.


La sexta sala, dedicada a la producción del TGP, muestra trabajos ya realizados en la década de los 50 por miembros del colectivo como Mariana Yampolsky, Lorenzo Guerrero, Celia Calderón de la Barca (1921-1969) o Andrea Gómez (1926-2012), por citar algunos, en una época en la que tuvieron lugar numerosas exposiciones del Taller y de sus integrantes en el extranjero gracias a las que el TGP vivió años de singular apogeo.  

MAX BECKMANN

La exposición concluye con una sección que presenta extensa documentación gráfica del proyecto Isotype que empezó tras la Primera Guerra Mundial y que supuso un giro en la aplicación de las técnicas de impresión para la acción política. Tras el realismo social de Kollwitz o la caricatura política del expresionismo alemán, las figuraciones de los alemanes Franz Wilhelm Seiwert (1894- 1933) y Gerd Arntz (1900-1988), identificadas al principio como “constructivismo figurativo”, contribuyeron a la evolución del proyecto Isotype.

JOHN WOODROW WILSON


Los principios del proyecto Isotype consistían en transmitir información sociológica, económica y política crucial para las clases trabajadoras de los Estados nacionales tradicionales, así como para los Estados poscoloniales emergentes del periodo de entreguerras y de la Segunda Guerra Mundial con formas de comunicación internacional y principios de diseño gráfico para lograr una legibilidad y funcionalidad verdaderamente global.

La exposición podrá visitarse desde el día 22 de marzo al 29 de agosto de 2022 en la 3ª plata del Edificio Sabatini

miércoles, 16 de marzo de 2022

HIPERREAL. EL ARTE DEL TRAMPANTOJO

Bodegón © Samuel Van Hoogstraten

Pintar imágenes que no puedan diferenciarse de la realidad ha supuesto un desafío para artistas de todos los tiempos. La habilidad para engañar al espectador haciendo pasar lo pintado por real mediante las leyes de la óptica y de la perspectiva es todo un juego cuyos primeros ejemplos se conocieron a través de textos literarios griegos. Desde entonces, el trampantojo ha tenido en las artes una larga presencia, con periodos de notorio florecimiento, como el Renacimiento o el Barroco, para decaer tras el Romanticismo, pero sin llegar a desaparecer nunca del temario artístico.

La Tierra © Giuseppe Arcimboldo

La exposición Hiperreal. El arte del trampantojo, que se podrá disfrutar en el Museo Thyssen-Bornemisza entre el 16 de marzo y el 22 de mayo, ha sido comisariada por Mar Borobia y Guillermo Solana y organizada con la colaboración de la Comunidad de Madrid, propone una revisión del género a través de más de un centenar de obras de alta calidad, procedentes de museos y colecciones particulares de todo el mundo, que ponen en evidencia los temas más representativos de la pintura de caballete. El arco cronológico abarca desde el siglo XV hasta el XXI, pero las obras se presentan ordenadas por materias y escenarios, independientemente de su fecha de ejecución, para poder así resaltar la continuidad del género, que se prolonga hasta nuestros días.


Bodegón © Juan Fernández "el Labrador"

La exposición se organiza en los siguientes apartados: Puesta en escena, dedicado al bodegón; Figuras, encuadres y límites, sobre el engaño a través del marco pintado; Huecos para curiosos, representaciones de hornacinas, vanos o armarios con objetos diversos que sorprenden por su ilusionismo; Muros fingidos: tablones y paredes, convertidos en escenarios para exhibir objetos que muestran la pericia del pintor; Desorden perfecto, dedicado a los rincones de artista y a los quodlibet, subgéneros del trampantojo; Llamada a los sentidos, con composiciones cuyo tema principal son las esculturas y las flores; Renovación americana y su estela, dedicado a los renovadores del género en Estados Unidos y a su influencia, y Trampantojo moderno, con piezas que destacan por mostrar la habilidad y la imaginación de sus autores para sorprender, con especial atención a los siglos XX y XXI. La muestra termina con una obra del escultor Isidro Blasco, encargada exprofeso para cerrar el recorrido.


Máxima velocidad de la Madonna de Rafael © Salvador Dalí

El término trampantojo - trampa o ilusión con que se engaña a alguien haciéndole ver lo que no es - procede del francés trompe l’oeil, publicado por primera vez en un diccionario de Bellas Artes de 1806, aunque ya había sido utilizado como título de una pintura en 1800. Los primeros ejemplos los encontramos en la antigüedad de Grecia y Roma, en mosaicos y pinturas murales, y son muchas las referencias al arte ilusionista y a la capacidad de los artistas de reproducir la naturaleza en la literatura de la época. El más famoso es el episodio narrado por Plinio en el que los pintores Zeuxis y Parrasio participan en una suerte de concurso de habilidades. El realismo de las uvas pintadas por el primero es tal, que incluso los pájaros se acercan para comerlas, mientras que Parrasio presenta una pintura que representa una cortina; Zeuxis le pide que la retire para poder admirar así su obra, pero se da cuenta de que ha caído en el engaño y reconoce la gran habilidad de su oponente.


Aparejos de cetrería en un nicho © Christoffel Pierson


Trampantojo con busto de Venús © Caesar van Everdingen

Este relato se hizo muy popular durante el Renacimiento y fueron muchos los que quisieron emularlo y crear obras que produjeran ese efecto de falsa realidad a través de los más variados recursos y técnicas pictóricas. Junto al hábil uso de la perspectiva, el escorzo o los efectos lumínicos, los pintores introducen todo tipo de juegos visuales, como elementos que se proyectan fuera del cuadro e invaden el espacio del espectador, insectos que parecen posados sobre el lienzo, o materiales y texturas reproducidas con tal detalle que consiguen engañar y fascinar a quien los mira.


Fragmento de el escaparate del vendedor de estampas © Walter Goodman


Huyendo de la crítica © Pere Borrel del Caso

El bodegón es el género que más posibilidades ha brindado a los artistas para experimentar el mito de la ilusión, buscando retratar objetos, flores, frutas y otros alimentos de forma tan realista que resulte difícil diferenciar entre verdad y ficción. Sin embargo a mediados del siglo XVII, el trampantojo alcanzó en Holanda la categoría de género independiente con respecto a las naturalezas muertas y sus temas se fueron diversificando. Jugar con los márgenes, límites o marcos de los cuadros es uno de los recursos más utilizados. Un escenario típico del trampantojo es presentar los objetos y alimentos a través de nichos, hornacinas o ventanas. Este marco permite proyectar algunos de esos elementos hacia el exterior, aumentando así la sensación de realidad. Las flores son otro de los motivos más utilizados en los trampantojos, ya sean arreglos en forma de ramos, cestas, floreros o guirnaldas, o como complemento de otros temas. 

Tren elevado a Brooklyn © Isidro Blasco

Tren elevado en Brooklyn (2022), la última pieza de la muestra, es un collage moderno y urbano que combina fotografía, escultura y arquitectura, creado para la ocasión por el artista Isidro Blasco, cierra el recorrido de la exposición devolviendo al espectador a la realidad pues, sin ser propiamente un trampantojo, la obra provoca una reflexión sobre esa dualidad realidad/representación característica del género.

miércoles, 9 de marzo de 2022

TEA ROOMS UNA OBRA SOBRE LA REALIDAD DE LAS MUJERES DE PRINCIPIOS DEL SIGLO XX


Laila Ripoll, directora artística del teatro Fernán Gómez, ha presentado Tea Rooms el primer montaje de producción propia que ella versiona y dirige. Tea Rooms es una obra de Luisa Carnés que se podrá ver del 10 de marzo al 24 de abril de 2022 en la Sala Jardiel Poncela y que trata de exponer la situación de la mujer trabajadora en los años 30.


La obra, desarrollada a través de las propias experiencias de la autora que trabajo durante un tiempo en los salones de Viena Capellanes de la céntrica calle de Arenal en Madrid, traza un relato construido a partir de unos personajes claramente definidos, expuestos con humanidad y comprensión. Por todo ello la adaptación al teatro ha sido natural, ya que la historia se entreteje a partir de las conversaciones, los anhelos y los sueños de estas muchachas que poseen caracteres y personalidades magistralmente retratadas.


El montaje se desarrolla en la trastienda de un famoso salón de té de Madrid, cercano a la Puerta del Sol, con la intención de que el ambiente invada todo el espacio y rodee al espectador, sumergiéndole por completo en la atmósfera del salón. La juventud, la alegría, la energía de los personajes contrasta, a veces, con sus tristezas, con la desgracia imprevista, con los sueños por cumplir y también con los que no se cumplirán nunca. En definitiva, un texto que conserva una vigencia absoluta y en donde nos podemos ver reflejados.

Cada uno de los personajes, todos mujeres y algún hombre que se menciona pero que no aparece en escena, tienen personalidades muy definidas y distintas entre si. Antonia es la más veterana, una mujer sabia y callada, compasiva; Teresa, la encargada, el perro fiel, siempre defendiendo a la empresa y que mantiene un affaire con el encargado; Marta, la más joven, a la que la miseria ha vuelto valiente y decidida y a la que la vida le obliga a actuar de forma temeraria; Laurita, la protegida del dueño, frívola y despreocupada, también soñadora; Matilde, el alter ego de la autora. Todas ellas son mujeres acostumbradas a obedecer y a callar, acostumbradas a estirar un jornal que no da ni para comprar un billete de tranvía. Son mujeres que sufren, que sueñan, que luchan, que aman. Y de fondo un Madrid convulso y hostil, enorme y vivo. 


En su obra literaria Luisa Carnés retrata la sociedad de la II República, pero sobre todo representa la doble explotación de las mujeres. Su novela Tea Rooms, que es también la primera puesta en escena de un texto suyo, sirve de marco para analizar la importancia del compromiso político y social presente en su obra escrita y su figura como voz fundamental para acercarnos a la realidad de las mujeres españolas de comienzos del siglo XX. 


Luisa Carnés, también conocida por los pseudónimos de Clarita Montes y Natalia Valle, una gran desconocida para muchos, se consagró como la gran novelista de la generación del 27 con su novela Tea Rooms. Nacida en una humilde familia madrileña en 1905 como la mayor de seis hermanos, a los 11 años tuvo que abandonar la escuela, como tantas otras mujeres de la época, para entrar a trabajar en un taller de sombrerería de una tía suya, trabajo que dejó para pasar al obrador de una pastelería. En 1923 cogió la pluma por primera vez para hacer un cuento y en 1928, mientras trabajaba como telefonista o mecanógrafa en la casa editorial Compañía Iberoamericana de Publicaciones, publica su primera obra, Peregrinos del calvario, una colección de narraciones breves, a la que seguiría su primera novela, Natacha, ambientada en un taller textil similar al que ella conocía. Poco después entró a trabajar como camarera de un salón de té y de esa experiencia saldría Tea Rooms (1934), que fue recibida con entusiasmo por la crítica de la época. Gran parte de su obra está imbuida de su ideología, pues fue militante del PCE y apoyaba a Clara Campoamor en su defensa del sufragio femenino. 



Defensora activa de la causa republicana, al estallar la Guerra Civil escribió artículos y teatro de combate en su defensa que estrenó con Rafael Alberti hasta que pasó a Francia por La Junquera; se libró de ir a parar a un campo de concentración gracias al ofrecimiento del presidente mexicano Lázaro Cárdenas, y así terminó exiliada en 1939 en México embarcándose en el famoso trasatlántico Veendam junto con un puñado de intelectuales republicanos, donde siguió escribiendo y trabajó como periodista, oficio que ya había practicado en España por un corto período de tiempo. Allí permaneció hasta su muerte en marzo de 1964 en un accidente de automóvil. Durante la República formó parte del grupo de periodistas que destacó en la prensa madrileña. Practicó un periodismo de inmersión en aspectos poco conocidos de la realidad, buscando el lado humano y trasladando a sus escritos la respuesta a cuestiones que preocupaban al pueblo.  En Mexico Carnés comenzó a trabajar en la radio. Como exiliada y militante comunista y feminista colaboró en distintas publicaciones Romance (1940), España Popular (1942), Nuestro Tiempo (1947), España y la Paz (1951), Juventud de España y Mujeres Españolas (1951), órgano de la Unión de Mujeres Antifascistas Españolas, publicación de la que fue directora. También trabajó en la gran prensa mexicana: El Nacional, La Prensa, Novedades y la revista Noticias Gráficas, donde solía firmar con el seudónimo de Clarita Montes. Allí, en México,  permaneció hasta su muerte en marzo de 1964 en un accidente de automóvil. Tras de sí dejó un corpus literario de una decena de novelas, una sesentena de cuentos, trescientas piezas de teatro y centenares de crónicas.


La ficha artística de la obra la forman Paula Iwasaki, María Álvarez, Elisabet Altube, Clara Cabrera, Silvia de Pé y Carolina Rubio, en la interpretación y con la música original de Mariano Marín, vestuario de Almudena R. Huertas, escenografía de Arturo Marín Burgos, diseño de iluminación Luis Perdiguero y vidoescena de Emilio Valenzuela. Todo ello bajo la dirección de Laura Ripoll, directora artística  del teatro Fernán Gómez. 


Fotografías de: © Conchita Meléndez

lunes, 7 de marzo de 2022

UNA HISTORIA DEL ARTE RECIENTE

Donde nada lleva a nada nº 1 © Mar Guerrero
 

La Fundación Juan March y DKV presentan una exposición conjunta que podrá visitarse hasta el 9 de julio en el Museu Fundación Juan March de Palma.

Con el título Una historia del arte reciente (1960-2020) II, la Fundación Juan March y DKV Seguros presentan una exposición construida en conjunto a partir de sus respectivas colecciones, que puede verse en el Museu Fundación Juan March de Palma hasta el 9 de julio de 2022 , tras la clausura de un proyecto paralelo en el Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca en enero de este año.

Mémoires d'une jeune fille rangée © Chechu Álava

La muestra es el resultado del trabajo de los equipos de ambas instituciones sobre cada una de las dos colecciones. Tiene la pretensión de proponer una historia del arte reciente que abarque desde la segunda mitad del siglo pasado hasta las dos primeras décadas del siglo XXI. Es una historia de las muchas posibles, que aspira a ser contada con rigor y libertad en los espacios reales de dos museos a partir de dos colecciones distintas, con sus particularidades y su carácter propio. Para ello, el equipo curatorial ha trabajado con las obras de la colección DKV, variadas en formas y prácticas y creadas por artistas que generacionalmente pertenecen al siglo XXI, y con las de la colección de la Fundación Juan March, que se encuentran en “rotación lenta” (la expresión es de Fernando Zóbel) en los dos museos de la institución en Cuenca y Palma, y que son básicamente pinturas y esculturas de las generaciones activas en nuestro país desde los años sesenta hasta finales del siglo XX.

© Luis Feito

Memoria Londres, 1940 © Xisco Mensua

El proyecto no trata simplemente de yuxtaponer obras de varias generaciones de artistas, sino de afinar visualmente con ellas algunas de las historias del arte reciente en nuestro país, con sus conexiones, continuidades, novedades y rupturas, citas serias o irónicas y disparidades históricas y temáticas. La exposición muestra también la evolución que se ha producido en los últimos setenta años desde la pintura y la escultura hasta las prácticas conceptuales, la instalación, la desmaterialización de la obra de arte, la presencia de lo multidisciplinar y el advenimiento y la entrada en el museo de lo audiovisual y lo digital, para volver a la pintura y la escultura.

Figuras en una casa © Antonio López

Se apagaron las farolas, se encendieron los grillos © Cristina Mejías

La exposición es el museo

Una historia del arte reciente (1960-2020) II  ocupará la totalidad de los espacios del edificio que en 1990 abrió sus puertas como “Collecció March: Art Espanyol Contemporani”, un museo que ya entonces ofrecía al visitante una amplia visión del arte creado en España, desde las primeras vanguardias hasta finales del siglo XX. 

En la muestra, unas ochenta obras de la colección del museo convivirán con cerca de un centenar de obras -pintura, escultura, dibujos, vídeoarte e instalaciones- seleccionadas de entre las más de ochocientas que integran la Colección DKV, iniciada en 2007 y centrada, fundamentalmente, en las prácticas artísticas desde los inicios del nuevo siglo. 

Tanto ahora en Palma como previamente en Cuenca, donde ocupó el Museo de Arte Abstracto Español ubicado en las Casas Colgadas, se han incluido obras de Salvador Dalí, Eduardo Chillida, Manolo Millares, Joan Miró, Pablo Palazuelo, Jorge Oteiza, Antonio Saura, Antoni Tàpies, Gustavo Torner, Fernando Zóbel, Elena Alonso, Lucía Bayón, Pablo Capitán del Río, Antonio Fernández Alvira, Karlos Gil, Laura González Cabrera, Cristina Mejías, Guillermo Mora, Tomás Pizá y Belén Rodríguez, entre muchos otros artistas.


jueves, 3 de marzo de 2022

OTRA VIDA, LA OBRA DE ORIOL TARRASON SOBRE LOS JOVENES DE MÁS DE 60

 


El Teatro Fernán Gómez Centro Cultural de la Villa estrena este 3 de marzo en la sala Guirau Otra Vida, una comedia sobre la amistad y las ganas de vivir que reivindica la vejez como una etapa más de la vida. Escrita y dirigida por Oriol Tarrason, cuenta con Beatriz Carvajal, Jesús Castejón, Juan Gea y Beatriz Arjona en el reparto.


En esta comedia tres amigos se resisten a ser apartados de la sociedad por el simple hecho de ser mayores. Beatriz Carvajal interpreta a Solange, antes se llamaba Marta,  una mujer dispuesta a cambiar su vida, que intentará convencer a sus viejos y apáticos amigos, Ernesto (Jesús Castejón) y Mateo (Juan Gea), de que todavía les queda mucho por vivir. Juntos acabarán provocando numerosas situaciones absurdas y divertidas que les transformarán para siempre. Oriol Tarrason crea un viaje emocional con un ritmo fresco y alegre que otorga una personalidad descarada, arrogante y vital propia de la juventud a un trío protagonista con unos cuantos años de más.



Cuando un bebé a pesar de sus esfuerzos no consigue expresar lo que quiere y gatea lento y vacilante, nos provoca admiración, risa y una paciencia infinita. Pero cuando uno de nuestros abuelos arrastra los pies con esfuerzo por el pasillo de casa y se le olvidan las palabras, esa paciencia infinita se convierte en desazón. Vivimos en un mundo fascinado por la juventud pues es descarada, arrogante, vital, bella y sin arrugas.


La obra que se desarrolla en una residencia cuenta la historia de tres personas mayores, que no viejas, vitales y con unas ganas locas de vivir su independencia que se han ganado a pulso a lo largo de su vida. Hoy en día en que la esperanza de vida se ha alargado considerablemente una persona de 65 años, la temible edad de jubilación, es una persona joven, una persona activa, a la que aún le quedan muchas opciones. Lejos de las obligaciones impuestas en años anteriores como el cuidado de los hijos, las obligaciones laborales, etc. es un buen momento para cumplir algunos de los sueños que se quedaron por el camino. Y también porqué no a dejarse llevar por un instante de locura y desenfreno. 

Oriol Tarrason, Beatriz Arjona, Jesús Castejón, Beatriz Carvajal, Juan Gea

El personaje de Beatriz Carvajal vende su casa y se va a una residencia porque quiere, y a partir de ahí digamos que entra una energía especial dentro de esa residencia, porque esta mujer es vitalista y se preocupa por la gente, ayuda y hace las cosas que le apetecen hacer y empuja a los demás a que también las hagan. 

La obra se podrá disfrutar del 3 al 27 de marzo de 2022 en el Teatro Fernán Gomez Centro Cultural de la Villa, en la Sala Guirau del espacio del Área de Cultura de la Villa.