Desde ayer día 13 de marzo se puede disfrutar en el Teatro de Bellas Artes quizás la obra más significativa de Florian Zeller, “El Padre”. Es ésta una obra que habla de vejez, de olvido, de dolor, de la perdida de la propia identidad y de cómo afecta este hecho en el círculo más próximo de la persona aquejada por esa terrible enfermedad que es el Alzheimer.
El autor de la obra clasifica ésta de farsa trágica y hasta cierto punto tiene razón porque cualquier comedia puede tener su punto de tragedia y en cualquier tragedia se pueden dar momentos cómicos, lo que yo me pregunto es si Florian Zeller ha vivido una situación así con alguien cercano a él. Yo sí, y se me hace difícil entender la forma de ver y tratar el tema por parte del autor, digamos que me resulta irreal, aunque el teatro no tiene porqué ajustarse a la realidad.
Las situaciones ambiguas, muchas veces contradictorias, las réplicas mordaces, los personajes duplicados, cambiantes, y por encima de todo la duda de si lo que realmente sucede es lo que dice la familia o es lo que siente el padre, producen una de las obras más apasionantes y profundas del teatro contemporáneo. En eso estoy de acuerdo, lo que no me parece es que sea divertida. Entendámonos, no es lo mismo ver los toros desde las gradas que desde el ruedo. Para quienes nos hemos vistos inmersos en el terrible drama de ver desdibujarse a nuestros seres queridos, es difícil que el tema nos haga reír o tan siquiera sonreír.
© C. Meléndez
De lo que no me cabe la menor duda es de que todos y cada uno de los actores que han interpretado esta obra han sido de lo mejor de cada casa. El Padre fue estrenada en 2012 en el Théâtre Hébertot, en París, con el actor Robert Hirsch. En el cine, en la versión dirigida por el propio Florian Zeller en el año 2020 fue interprtada por un grandísimo Anthony Hopkins, en España en el 2016 José Carlos Plaza dirigió a un no menos grandísimo Hector Alterio y ahora le toca el turno a Josep María Pou, de quien no hace falta hablar de su calidad como actor, algo que todo el mundo conoce de sobra y que podrá comprobar al verle sobre el escenario interpretando este soberbio personaje. La dirección corre a cargo de Josep María Mestres y en el elenco se encuentran Cecilia Solaparen, Elvira Cuadrupani, Jorge Kent, Alberto Iglesias y Lara Grube.
© C. Meléndez
El Padre es la historia de Andrés, un hombre que se está perdiendo en el laberinto de sus recuerdos, pero que se resiste a soltar las riendas de su vida, y de Anna, esa hija que asume la situación con responsabilidad y cariño, pero que tampoco quiere renunciar a su propia existencia. El autor nos cuenta la historia desde dentro, para que transitemos por el laberinto de incertidumbre que experimenta Andrés, para que veamos lo que él ve o imagina, para que vivamos lo que está pasando en su universo, que ahora también es el nuestro. En el viaje constante de idas y venidas que representan los hechos que suceden o que Andrés imagina que suceden hay una cierta perdida, no solo de memoria o de realidad, también es una pérdida de consciencia tanto para el personaje como para el espectador que contempla la escena sin saber muy bien que es lo que está sucediendo, que es real y que no lo es. Quizás en eso reside la grandeza de la obra de Zeller, pero a ratos cuesta asumir lo que ocurre en el escenario. Como dice Sergi Doria en su crítica de ABC, El Padre es “Pura y dura materia emocional.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario