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lunes, 13 de junio de 2022

HIJAS DEL NILO. EL PAPEL DE LA MUJER EN LA SOCIEDAD DEL ANTIGUO EGIPTO

 


Hijas del Nilo, la exposición que el Grupo EULEN presenta en el Palacio de las Alhajas de Madrid desde el 10 de junio hasta el 31 de diciembre de 2022 y que ha sido comisariada por Esther Pons, arqueóloga y conservadora-jefa del Departamento de Antigüedades egipcias y Oriente Próximo del Museo Arqueológico Nacional y Nacho Ares, historiador, divulgador, egiptólogo y locutor de radio, es un viaje a la cultura milenaria de los faraones, en la que hombres y mujeres convivieron con una armonía que no tuvo parangón en otras civilizaciones del pasado. 

En un año en el que se suceden las efemérides para la egiptología -100 años del descubrimiento de la tumba de Tutankhamón por Howard Carter, 200 años del desciframiento de la Piedra de Rosetta por J. F. Champollion y 50 años de la inauguración del Templo de Debod en Madrid-, el Grupo EULEN ha querido, a su vez, celebrar su 60º aniversario con esta ambiciosa exposición.  


 

El objetivo de Hijas del Nilo es acercar al público español la cultura egipcia desde una óptica diferente: la de la condición y la posición de la mujer en la sociedad del antiguo Egipto. Es la primera exposición que se realiza exclusivamente en torno a esta temática y la de mayor envergadura, con sus casi 300 piezas de 12 países. Entre los prestadores hay 27 museos, fundaciones e instituciones públicas y privadas, tanto nacionales como internacionales, y cinco coleccionistas privados. La mayoría de las piezas “estrella” no han sido nunca mostradas en España y muchas de ellas es la primera vez que los museos las prestan, por lo que el público tendrá una oportunidad única de apreciarlas.  



Un verso de un antiguo himno a la diosa Isis descubierto en la ciudad de Oxirrinco dice: “Hiciste el poder de la mujer igual al del hombre”. Si bien nadie puede negar que en la vida real los hombres estaban presentes en muchos puestos de la sociedad, las mujeres contaban con los mismos derechos y deberes ante las leyes humanas y divinas. Las mujeres podían tener propiedades privadas, estaban al frente de la casa y desempeñaron importantes funciones en la administración y en oficios de prestigio, como la medicina. También podían testificar en un juicio, heredar y desheredar, acusar a su marido ante un tribunal si había maltrato, e incluso divorciarse. 



En el antiguo Egipto la mujer tuvo un papel relevante y gozó de una independencia, desconocida en otras culturas coetáneas o incluso posteriores. No obstante, y según las fuentes, es en las clases sociales más favorecidas donde más vemos dicha independencia y libertad.  Hablamos, además, de un amplísimo periodo de tiempo, de más de 3.500 años, durante el cual la estructura social, económica y religiosa fue evolucionando; y de un vasto territorio, por lo que habría diferencias según la zona geográfica.  

Lo que es innegable es que hombre y mujer eran iguales ante la ley. La mujer era la compañera del hombre, su complementaria. Un concepto muy alejado, por ejemplo, del existente en la sociedad griega, donde la mujer era considerada como un menor de edad.  



El antiguo Egipto era una teocracia y por ello el derecho al trono era, a su vez, divino. La mujer transmitía ese derecho y otorgaba la legitimidad. A lo largo de la historia de Egipto ha habido mujeres que reinaron por sí solas como Hatshepsut o la última reina, Cleopatra VII. Además, la Gran Esposa Real podía tener una gran influencia en el faraón y en la política de Egipto como sucedió en el caso de Tiyi, su nuera, Nefertiti y Nefertari, entre otras.

La exposición comienza mostrando cómo era la vida de las mujeres en el periodo faraónico y en la etapa Ptolemaico-romana, recorriendo todos los estratos sociales, desde las mujeres más humildes, como las campesinas, hasta las altas damas de la corte. Se exponen objetos de la vida cotidiana, esculturas, representaciones en cerámicas, relieves y pinturas de tumbas que ofrecen una idea muy viva de la vida familiar, las costumbres, la pluralidad de oficios y cargos que ellas desempeñaron y las bases legales y religiosas que igualaban la condición de la mujer a la del varón. 


Uno de los apartados con mayor representación es el dedicado a la religión que fue uno de los espacios de la civilización del antiguo Egipto en el que la mujer desempeñó un notable papel. En esta sección se desgranan las claves del complejo y difícil mundo de las creencias religiosas del país del Nilo, donde siempre tuvieron cabida las sacerdotisas, las adoratrices de Amón, las danzantes o las cuidadoras de los templos, cumpliendo una labor de gran relevancia. Además, se muestran diversas divinidades femeninas como Hathor, Bastet, Sekhmet o Tueris, y de manera especial, Isis.


Momias, ataúdes, cartonajes, ushebtis, vasos canopos, amuletos, esculturas funerarias femeninas, entre otros objetos, adentrarán al visitante en el complejo, peligroso y oscuro tránsito que los antiguos egipcios debían realizar hasta poder alcanzar el mundo de Osiris, la vida eterna que tanto ansiaban tras la muerte.  

Esther Pons, Carmen Olivier (Directora de EULEN Art) y Nacho Ares

La exposición se cierra con un apartado dedicado a la Egiptomanía, tan en boga en Europa desde finales del siglo XVIII, cuando Napoleón Bonaparte se adentró en Egipto en 1798, y de manera especial, tras el descubrimiento de la tumba del joven faraón Tutankhamón el 4 de noviembre de 1922 por Howard Carter y su mecenas Lord Carnarvon, y a los que en esta exposición se ha querido rendir homenaje por medio de la recreación del gabinete de trabajo de Carter en Luxor.  


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