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martes, 8 de febrero de 2022

EL GUSTO FRANCÉS. UNA BELLA COLECCIÓN EN LAS SALAS DE LA FUNDACIÓN MAPFRE


La Fundación Mapfre exhibirá, desde el 11 de febrero y hasta el 8 de mayo de 2022, en sus salas del primer piso de la sede de Recoletos una colección de pinturas y objetos que bajo el nombre de El Gusto Francés, analizan la presencia del arte galo en nuestro país a lo largo de los siglos XVII, XVIII y XIX, el período de mayor influencia recíproca e interrelación entre los dos países.  

A través de numerosas pinturas (45), dibujos (16), esculturas (8), piezas de artes suntuarias y decorativas (31) y objetos de uso cotidiano, la exposición pretende adentrarse en la evolución del gusto francés en nuestro país, hasta el momento solo estudiado de forma puntual.  

Un proyecto transversal, que abarca un período histórico tan extenso, no puede ser comprendido sin su contexto histórico. En este sentido, la muestra aborda también aspectos que hacen visible dicha evolución, como las relaciones diplomáticas, la historia del coleccionismo o la construcción de las identidades nacionales.  


El Gusto Francés trata de un fenómeno transfronterizo en el que se mezcla la cultura y la estética gala con la española. Comienza en el siglo XVII, cuando la Francia de Luis XIV le arrebata el puesto a España como potencia política y económica. Es entonces cuando la política absolutista del monarca inunda la escena artística para propagar la magnificencia de su imagen y de su poder. Se impone un estilo de marcado carácter clasicista a través de la fundación en París de la Academia Real de Pintura y Escultura (1648) y de las reales manufacturas, que controlan la producción artística de acuerdo con el lenguaje establecido. El gusto francés se desarrolla y oficializa a lo largo del XVIII con la llegada de los Borbones al trono español, se extiende durante el siglo XIX y llega hasta principios del XX. Lo francés se convierte en sinónimo de refinamiento, de elección de materiales nobles en obras impecablemente ejecutadas. Desde España se adquieren piezas de artistas galos que o bien residen en Francia o bien llegan a la Península para trabajar en la corte. 


El monopolio del gusto francés ha tenido una gran trascendencia en nuestro país a lo largo de tres siglos. Fueron numerosos los coleccionistas, tanto miembros de la realeza como nobles o aristócratas que, en su deseo de emular el arte de la corte, atesoraron piezas de tipología variada de procedencia gala: pintura, escultura, artes suntuarias, objetos de uso cotidiano, textiles o moda.  


Tras el apogeo del retrato mitológico durante los siglos XVII y XVIII, a partir de finales del siglo XVIII los retratos comienzan a parecerse cada vez más a sus modelos, y tienden a representar los afectos a través de los juegos de manos y miradas; los rostros de las mujeres se dulcifican y, en general, se promovía representar al efigiado con naturalidad. En casi todos los casos, estas pinturas servían también como modo de afianzar la posición, ya fuera política, social o intelectual, de los modelos.  


En palabras de la comisaria Amaya Alzaga: “Esta exposición aborda las principales vías de penetración del gusto francés en España a través del testimonio de algo más de cien obras elaboradas entre los siglos XVII y XIX que todavía se conservan en nuestro patrimonio. A lo largo de once salas se analiza, de una manera cronológica y temática, el proceso de transferencia, culturización, mestizaje y recepción del arte francés en nuestro país”.  

“Esta exposición, en definitiva, rinde homenaje a un largo y complejo período en que “lo francés” fue sinónimo no solo de clasicismo en las artes sino sobre todo de distinción, magnificencia y elegancia extrema en el adorno y el vestir de los espacios y sus habitantes. La muestra se cierra en el momento en que París empezó a fijar su mirada en “lo español” y, tras una primera ola de hispanofilia que intentó captar el «color local», algunos artistas franceses acometieron una búsqueda más profunda de la esencia española como vía para alcanzar la modernidad”.



El gusto francés es un proyecto que, lejos de construirse como un discurso cerrado, pretende abrir nuevas líneas de conocimiento con respecto a la presencia del arte galo en España durante los siglos XVII, XVIII y XIX, período en el que ambas culturas se entremezclan y se mantienen íntimamente relacionadas. Las cerca de ciento diez obras que se presentan proceden todas ellas de colecciones públicas y privadas de la Península, y por tanto obras al fin de patrimonio español.  


La muestra se ha concebido partiendo del momento en el que comienzan a llegar piezas de arte francés a nuestro país, cuando Francia se erigía en modelo del gusto europeo, y se cierra en la etapa en el que se produce el fenómeno inverso, cuando es España la que se convierte en foco de atracción para la cultura francesa, debido al interés que despierta en la imaginación romántica a lo largo del siglo XIX. 

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