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jueves, 12 de julio de 2018

ESPACIO FUNDACIÓN TELEFÓNICA Y FUNDACIÓN UNICAJA PRESENTAN “CORTÉS. RETRATO Y ESTRUCTURA”

 Cortés. Retrato acrílico Francisco González. 2004-2007. Colección particular.

Espacio Fundación Telefónica y la Fundación Unicaja presentan la exposición “Cortés. Retrato y estructura”, la obra de uno de los grandes retratistas españoles del siglo XX. La muestra, verdadero “registro” del mundo contemporáneo, reúne cerca de ciento treinta piezas del pintor gaditano Hernán Cortés Moreno y podrá verse en la planta 4ª hasta el 10 de octubre de 2018.  A finales de ese mes viajará a la sede de Fundación Unicaja en Cádiz.

Esta es la era de la imagen, qué duda cabe. Y, si somos más precisos, lo es de la imagen digital.  Al segundo, millones de imágenes aparecen y se diseminan por las entrañas de internet, destinadas a permanecer en la nube pero condenadas al olvido por saturación. ¿Qué lugar ocupa en este mundo una imagen pintada, creada concienzudamente y destinada  a sobrevivir como un objeto material? La exposición Cortés. Retrato y estructuras pretende ofrecer una respuesta  a esta cuestión.

La retrospectiva refleja el principal interés artístico del autor: el individuo. Porque un retrato no se detiene solo en la superficie de una persona. El género, por definición, lidia con el problema de la identidad, de qué nos distingue del resto de seres humanos. En este sentido, no es importante solo nuestro aspecto exterior, si no también nuestro carácter y nuestros deseos y anhelos. En este sentido, sus retratos constituyen un registro del mundo contemporáneo, una instantánea del mundo actual que abarca una extensa galería de destacados personajes nacionales e internacionales.
 

Dámaso Alonso, 1984, Hernán Cortés


Según la comisaria de la muestra, Lola Jiménez-Blanco, la obra de Cortés está definida por su contemporaneidad. Sus personajes están pintados en una atmósfera actual dominada por el espacio vacío y por el contraste de la horizontalidad y verticalidad de sus formas. Jiménez-Blanco explica que Cortés parte del estudio detenido de la personalidad del retratado, acercándolo a la abstracción en su concepción espacial.

Para Cortés, la presencia del espacio vacío en su obra es una manera de renovar el retrato pictórico, así como la idea de estructura ortogonal, por influencia de los espacios urbanos y naturales de su Cádiz natal. Cortés prolonga la vida del retrato pintado clásico y reivindica su pervivencia en la pintura contemporánea.

 Frances Lannon, 2011, Hernán Cortés

De la Generación del 27 a las Cortes democráticas

Cortés ha llevado a cabo un registro paralelo de la vida española –y no solo española– de las últimas décadas. De hecho, algunos de los personajes que pinta Cortés, conocido como retratista de la vida parlamentaria, han ocupado destacadas posiciones en la vida cultural, política, económica o social del país y muchos de sus retratos se encuentran en la sede de importantes instituciones, bancos, empresas o universidades.



Cortés cultiva el retrato desde la década de los años ochenta: Rafael Alberti (1983), Jorge Guillén (1983) o Dámaso Alonso (1984) son obras fundamentales de sus comienzos. Junto a ellos destacan personajes de su entorno, como Carlos Solís (1983) y Carmen Bustamante (1985). En estos retratos la geometría se hace compatible con el reto principal del retrato: el del parecido. También la geometría se hace visible en la concepción espacial de sus retratos: unas veces mediante la inclusión de una línea de horizonte, otras mediante sillones de diseño contemporáneo que los acerca al mundo de hoy.
                            
A comienzos del siglo XXI, Cortés recibe dos encargos respectivamente del Senado y del Congreso de los Diputados. Fruto de estos encargos son dos series de retratos que se han convertido en imagen inseparable de la vida parlamentaria española.

 Frances Lannon, 2011, Hernán Cortés

Hernán Cortés Moreno (Cádiz,1953) se formó en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, donde reside desde 1972. Es académico de número de la Real Academia Hispano Americana, la de Bellas Artes de Cádiz, miembro del Real Patronato del Museo del Prado y académico de número electo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Su obra supone una renovación dentro del género del retrato –tanto el institucional como el privado-, añadiendo influencias procedentes del realismo contemporáneo, de la pintura abstracta, el arte pop, el cómic o el plano cinematográfico y un profundo conocimiento de la pintura del pasado. Así lo demuestran sus retratos de poetas de la generación del 27 y los realizados para el Congreso y Senado con motivo del XXX aniversario de las primeras elecciones democráticas.





 




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