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jueves, 17 de septiembre de 2015

PIERRE BONNARD

FUNDACIÓN MAPFRE
Paseo de Recoletos 23,  MADRID
Del 19 de Septiembre de 2015 al 10 de Enro de 2016





La FUNDACIÓN MAPFRE de  Madrid inaugura una gran retrospectiva de las obras de Pierre Bonnard con la colaboración el Musée d’Orsay, París, y los Fine Arts Museums of San Francisco.

Del 19 de septiembre de 2015 al 10 de enero de 2016 podrá visitarse, en las salas de exposiciones de FUNDACIÓN MAPFRE (Paseo de Recoletos, 23, 28004, Madrid), la muestra PIERRE BONNARD, que ofrece una mirada renovada sobre la original obra del artista francés.

Pierre Bonnard (1867-1947) fue una figura decisiva en torno al nacimiento del arte moderno y, a la vez, un artista cuya producción, profundamente personal, es difícilmente clasificable. Miembro fundador del grupo simbolista de los nabis, sus aportaciones resultan fundamentales para comprender la transición entre el post-impresionismo y el simbolismo, en un momento en el que la pintura estaba sufriendo una revolución radical a través del color. Bajo la influencia de la pintura de Gauguin y de la estampa japonesa, Bonnard desarrolló un estilo propio, vivaz y verdaderamente original, que plasmó en distintos soportes, desde biombos y carteles hasta pinturas murales de gran tamaño. 


A partir de 1900, la pintura de Bonnard comenzó a cambiar, alejándose de las corrientes vanguardistas imperantes y volcándose en su mundo cotidiano. Prefirió centrarse en temas de su vida familiar, en los que la pintura va ganando poco a poco terreno a la realidad, y en paisajes que muesen tran una naturaleza arcádica, vibrante y luminosa. El poder expresivo del color toma un protagonismo cada vez más relevante, convirtiéndose en el tema predominante de sus obras, el principio organizador que estructura sus composiciones y el medio con el que guía la mirada del espectador.

Bonnard, quien con frecuencia es definido como el “pintor de la felicidad”, afirmó al final de su vida que “aquel que canta no siempre es feliz”. De forma parecida, su pintura, bajo una apariencia de tranquila sencillez y de alegre armonía, se revela compleja y llena de matices. Bonnard plasma en su obra un lirismo impregnado de melancolía, una sensación de ensoñación que a veces se convierte en extrañeza, en la que la presencia de elementos incongruentes y de apariciones furtivas incrementa el misterio. Solía trabajar durante años en las mismas pinturas, volviendo una y otra vez a ellas, alterando sus formas y acentuando su cromatismo hasta conseguir la intensidad del sentimiento que quería transmitir.


Esta muestra es la primera retrospectiva que se realiza en España sobre la obra de Pierre Bonnard en más de treinta años. La exposición, organizada junto al Musée d’Orsay de París y los Fine Art Museums de San Francisco, presentará alrededor de ochenta pinturas, una docena de dibujos y medio centenar de fotografías –en su mayoría nunca vistas en nuestro país- que han sido cedidas por más de treinta colecciones públicas y privadas, entre las que destacan el Musée d’Orsay, el Centre Georges Pompidou, la Tate de Londres, el National Museum of Western Art de Tokyo, la National Gallery of Art de Washington y el Metropolitan Museum of Art de Nueva York.



La exposición está concebida como un recorrido a través de los diferentes temas que marcaron la obra de Bonnard y que afloran en los variados géneros y técnicas que practicó a lo largo de su vida. Así, la muestra hace hincapié tanto en la contemplación de los espacios íntimos del pintor, entrevistos en sus lienzos a través de puertas y ventanas, como en sus grandes obras decorativas, donde la naturaleza se funde con los colores y la luz del Mediterráneo. La exposición pretende por tanto presentar una visión completa de la obra de Bonnard articulada en torno a los fundamentos de su pintura más que en una estricta división cronológica, con el fin de transmitir la unidad de su obra, aunque sin perder de vista la evolución que vivió a lo largo de su extensa carrera.



Al igual que muchos de sus contemporáneos, Bonnard se sintió fascinado por las posibilidades que le ofrecía la fotografía, entonces en pleno auge. A comienzos de la década de 1890, adquirió una de las primeras cámaras portátiles de uso sencillo. Sus primeras fotografías registran momentos ordinarios de la vida familiar, en especial de las estancias estivales en la finca familiar de Grand-Lemps, sin más pretensión que la de integrar un álbum de recuerdos. Sin embargo, pronto comenzó a descubrir la utilidad que las fotografías podían tener para su pintura, pues le ofrecían modelos con poses tanto elegidas como espontáneas, cuya inmediatez e imaginación compositiva se ven reflejadas en muchos de sus lienzos. Realizó varias series de fotografías de Marthe desnuda bajo el follaje de su jardín de Montval y en el interior de su casa, entre las que destaca Marthe au tub. Bonnard pareció perder el interés por la fotografía hacia la época en la que el color comenzó a ser el elemento más importante de su pintura.


CATÁLOGO

Con motivo de la exposición, FUNDACIÓN MAPFRE ha editado un catálogo en el que se profundiza sobre los diversos aspectos tratados en la muestra de la mano de reconocidos especialistas sobre la obra de Pierre Bonnard: Guy Cogeval, Isabelle Cahn, Ursula Perucchi-Petri, Paul-Henri Bourrelier, Felix Krämer, Philippe Comar, Marina Ferretti-Bocquillon, Nicholas Watkins, Antoine Terrasse, Magali Lesauvage, María López Fernández y Casilda Ybarra. El catálogo reproduce la totalidad de las obras presentadas en la exposición acompañadas de su correspondiente ficha técnica. Asimismo, cuenta con una completa biografía del artista, realizada por Véronique Serrano, así como una extensa bibliografía.

 

 


lunes, 24 de agosto de 2015

Tadeusz Peiper. Heraldo de la vanguardia entre España y Polonia

CALCOGRAFÍA NACIONAL
REAL ACADEMIA DE BELLAS ARTES DE SAN FERNANDO
C/ Alcalá 13  -  MADRID
Del 18 de Septiembre al 8 de Noviembre de 2015


El polaco Tadeusz Peiper (1891-1969) es objeto de una exposición que tras verse en el Museo Nacional de Varsovia, se presenta en la Calcografía Nacional de Madrid, ciudad en la cual tuvo lugar, durante los años de la Primera Guerra Mundial, su aprendizaje de la vanguardia, en estrecho contacto con otros compatriotas suyos, que al estallar la contienda residían en París, como él, y que al igual que creadores de otras nacionalidades, recalaron en la capital de España, país neutral que jugó en ese sentido un papel similar al de Suiza.

A lo largo de los siglos XIX y XX, frecuentemente las artes plásticas han visto la irrupción de poetas que o bien las han practicado con mayor o menor asiduidad y fortuna, haciéndoles de alguna manera la competencia a los pintores, o han ejercido una influencia sobre ellas. Casos eximios en ese sentido han sido los de Guillaume Apollinaire, Jean Cocteau, André Breton o Yves Bonnefoy en Francia; Ramón Gómez de la Serna, Guillermo de Torre o Juan Eduardo Cirlot en España; Vicente Huidobro en Chile; Vladimir Maiakowsky en Rusia; F.T. Marinetti en Italia; Frank O’Hara en los Estados Unidos; Octavio Paz en México; Ezra Pound en Gran Bretaña... A esa estirpe de poetas pioneros, todos los cuales han sido objeto de exposiciones museales, pertenece Tadeusz Peiper.

El universo de los polacos de París es evocado en la primera zona de la exposición, a través de obras de Alicja Halicka, Henryk Hayden, Mojzesz Kisling, Roman Kramsztyk, Waclaw Zawadowski, y una Mela Muter que en 1912 había participado en una colectiva polaca barcelonesa, celebrada en las Galeries Dalmau. El Madrid al cual, procedentes de París, llegaron los pintores Lucia Auerbach, Wladyslaw Jahl, Józef Pankiewicz, Marjan Paszkiewicz y Waclaw Zawadowski, y su compatriota el poeta Tadeusz Peiper, era una ciudad donde el primero en practicar el vanguardismo, en materia de literatura, había sido Ramón Gómez de la Serna, el fundador, en 1915, de la mítica tertulia de Pombo e inventor de la greguería, con el cual colaboró en algunas ocasiones Jahl. Tanto éste, como su mujer, Lucia Auerbach, y como Paszkiewicz –cuya influencia sobre los pintores españoles entonces emergentes fue enorme-, pertenecieron al movimiento ultraísta, colaborando como ilustradores en algunas de sus revistas, entre las cuales destacó Ultra. Esta zona de la muestra, en la que además de obra de todos los citados se enseñan cuadros pintados Madrid por Leopold Gottlieb y por Kisling, que estuvieron sólo de paso, evoca el ultraísmo a través de la revista citada y de otras como Grecia o Alfar. También se exponen en esta sección otras manifestaciones del ultraísmo, como el Manifiesto ultraísta vertical publicado por Guillermo de Torre en 1920, como suplemento de Ultra; algunos de los libros representativos del movimiento, entre ellos Fervor de Buenos Aires (1923), de un Borges que expandiría la buena nueva en el Nuevo Mundo; poemas pintados de Vicente Huidobro; cuadros de Jahl, Pankiewicz, Paszkiewicz y Zawadoski; un jarrón pintado por Jahl que es el único objeto que se conoce por el momento de cuantos salieron de su Taller de Arte Decorativo ultraísta, ubicado en la calle de Alcalá; y cuadros, dibujos o estampas del uruguayo Rafael Barradas, de la chilena Norah Borges, de los franceses Robert y Sonia Delaunay, muy próximos, en aquel Madrid, a los matrimonios Jahl y Pankiewicz, y de los españoles Francisco Bores y Daniel Vázquez Díaz. Peiper se empapó de todo eso, frecuentó el Ateneo de Madrid, colaboró en La Lectura, tradujo a Wladyslaw Reymont en colaboración con el mexicano Carlos Pereyra, y una antología de cuentos con Benjamín Jarnés…