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lunes, 9 de octubre de 2023

PRETTY WOMAN, EL MUSICAL


Contar el argumento de Pretty Woman es como que sobra, todo el mundo ha visto la película, algunos varias veces, pero por si acaso os hacemos un pequeño resumen: Edward Lewis, un atractivo pero frío hombre de negocios se haya en los Ángeles para cerrar un acuerdo comercial para su compañía, que se dedica a comprar empresas con problemas para cerrarlas y desmantelarlas vendiendo luego los despojos. Allí, cuando se haya perdido en la ciudad, conoce a una prostituta, Vivian Ward, de la que se encapricha y a la que contrata para pasar la noche. Algo cambia para ambos ya en esa primera jornada,  hasta el punto de que  Edward le ofrece dinero a Vivian para que pase con él toda la semana y le acompañe a diversos actos sociales. Y como en un cuento de hadas durante el tiempo que pasan juntos la vida de estos personajes cambia por la magia del amor. Y hasta aquí puedo contar. 


Ni que decir tiene que es imposible dejar de pensar todo el rato en los que fueron los protagonistas de la mítica película, Richard Gere y Julia Roberts por lo que en un principio uno acude al teatro con algo de prevención. A los cinco minutos de levantarse el telón lo habremos superado. A ver, no todo es perfecto pero Rogerd Berruezo está estupendo en su papel como Edward Lewis y Cristina Llorente (Vivian) nos hace olvidar con su espléndida voz cuando canta, su algo menos esplendorosa capacidad interpretativa. 


El resto del elenco no tiene desperdicio, un estupendo cuerpo de baile, música en directo y algunas interpretaciones francamente buenas con un gran dominio de la dicción y unas potentísimas voces. A destacar la polifacética actuación de Rubén Yuste en cualquiera de sus papeles, y las maravillosas voces de Erika Bleda (Kit Deluca), o Sara Navacerrada (Violetta) y Adrián Quiles (Alfredo) en su interpretación de un fragmento de La Traviata. También despunta la actuación de Natán Segado, en el papel de un torpe pero voluntarioso botones de hotel. 


La escenografía (de Carla Janssen Höfelt) muy dinámica es capaz de recrear los distintos espacios por los que se desempeña el guion a base de mover piezas que se encuentran en el escenario parcialmente cubiertas y también con la ayuda de un cartel colgado en la zona superior en el centro de la escena que nos hace ubicarnos sin tener que recurrir a estructuras más complicadas.  También está muy lograda la iluminación (Francesco Vignati). 


Hasta aquí todo perfecto, ¿qué no me ha gustado?. El diseño de vestuario y caracterización. El vestuario de Vivian, salvo el vestido rojo, se ve bastante cutre, más propio de unos almacenes que de las glamurosas tiendas de Rodeo Drive, lo mismo ocurre con la mayoría de los  vestidos  de las mujeres del  resto del elenco. Pero sobre todo lo que no puedo soportar son los pelucones que les han colocado a las intérpretes. Ya sé que hay que tapar los cables de los micrófonos pero ¿no hay otra forma de hacerlo?


En fin, esta obra escrita por Garry Marshall & J. F. Lawton y con música y letras de Bryan Adams & Jim Vallance, en la que se ha conservado la canción original  “Oh, Pretty Woman” de Roy Orbison, que se interpreta al final ya fuera de argumento, ha llegado al teatro EDP Gran Vía, de la mano del grupo Smedia con un notable muy alto y dispuesta a batirse con el resto de musicales que esta temporada llenarán la amplia oferta de la cartelera madrileña. 



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