Esta es la cuarta vez que el musical por excelencia que lleva más de 25 años representándose en Broadway y al que The New York Times la llama” la mejor comedia musical que se presenta en la ciudad”, llega a Madrid. Ya lo hizo en 1999 en el Teatro Apolo, con reposición en el Teatro Avenida; y en 2009 en el Teatro Coliseum. Ahora, regresa de nuevo al Apolo pero con la versión de 2009 que por entonces estuvo representada por Natalia Millán en el papel de Velma Kelly, Marcela Paoli en el de Roxie Hart y Manuel Banderas como Billy Flynn. En esta ocasión serán Ela Ruiz, Silvia Álvarez e Ivan Lavanda, respectivamente quienes interpreten los papales de los principales protagonistas.
Escrita por Fred Ebb y Bob Fosse, y con música de John Kander y letras del propio Fred Ebb, Chicago, que ha sido representada en 36 países, acumula más de 25 años en cartel, 33 millones de espectadores, 750 millones de dólares recaudados en Broadway, un premio Grammy, seis premios Tony y dos premios Oliver desde su alumbramiento, allá por 1996. Así que sin duda tiene todas las papeletas para convertirse en el musical del año.
La obra que estará en cartel únicamente una temporada, al menos eso dicen, llega de la mano de SOM Produce, una de las empresas de mayor relevancia dentro de la producción de musicales y responsable también de la llegada este otoño de The Book of Mormon, la comedia musical más divertida y taquillera de la última década y que se estrena el 6 de octubre en el teatro Calderón. Otra fecha a anotar en la agenda. SOM Produce gestiona en este momento los teatros Nuevo Alcalá, Rialto, Calderón y Apolo de Madrid, ofreciendo al espectador un total de 4,700 localidades del mejor entretenimiento.
La escenografía es sencilla pero eficaz, una gran tribuna ocupa la mayor parte del escenario. En ella se sitúan los músicos, dirigidos por el maestro Andreu Gallén, excelentes en su cometido, como excelente es el trabajo del cuerpo de baile. En el centro de la tribuna, una escalera por la que irán apareciendo y desapareciendo los personajes principales de la obra, todos ellos acompañados de su propia música, bueno todos no, Mister Celofán no tendrá acompañamiento. No hay que olvidar que Amos Hart, el marido cornudo y apaleado de Roxie Hart interpretado por Alejandro Vera es invisible, pero no para el público que premio su actuación con un merecidísimo aplauso. Por lo demás un par de escaleras de mano y algunas sillas componen todo el mobiliario. Suficiente.
También fueron aplaudidas y con ganas las actuaciones de Imma Cuevas, como Mamá Morton y ese inolvidable número que es “Sí cuidas a mama”, y A. Bolea, por su representación de Mary Sunshine. En conjunto puede decirse que todo el equipo está perfectamente sincronizado y cada uno sabe cuál es su lugar en el escenario y fuera de él. Yo quizás he echado en falta algo más de glamour en el número de cierre pero he disfrutado muchísimo con todos y cada uno de sus números musicales, desde el inicial “Al son del Jazz”, a “El tango de la prisión” o “Lo que importa es el amor” y es que la obra rebosa de la sensualidad que caracteriza a todas las coreografías de Bob Fosse y que aquí ha sido supervisada y recreada por Gary Chryst.
¿Qué no os he contado de que va? Vamos, si todo el mundo conoce la historia ambientada en los años 20’s de Roxie Hart, la “inocente” aspirante a estrella de vodevil, que admira y envidia a la ya consagrada Velma Kelly y con la que por circunstancias impredecibles (ambas cometen sendos asesinatos) coincidirá en prisión. Billy Flynn es el abogado que ambas comparten y que será quien consiga salvarlas o no, dependiendo de cómo soplen los aires, de la cantidad de dinero que cambie de manos y de cómo una influenciable prensa consiga predisponer al jurado. Un thriller perfecto en el que la corrupción, la ambición y el sexo están presentes. ¿Se puede pedir más?
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