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lunes, 17 de junio de 2019

BALENCIAGA Y LA PINTURA ESPAÑOLA EN EL TYSSEN-BORNEMISZA


El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza presenta una exposición que vincula la creación de Cristóbal Balenciaga, el diseñador de moda más admirado e influyente de todos los tiempos, con la tradición de la pintura española de los siglos XVI al XX. Ésta es la primera vez que se dedica una gran muestra al modisto vasco en Madrid en casi 50 años y la primera que reúne, junto a sus diseños, una selección de cuadros de grandes nombres de la historia del arte español, una de sus principales fuentes de inspiración.

Balenciaga trabajaba con varios conceptos al mismo tiempo, de forma que mientras recuperaba siluetas clásicas desarrollaba formas vanguardistas con esas líneas depuradas tan suyas. Esto fue posible porque el maestro era un modisto total que dominaba todas las fases y aspectos del proceso creativo de un couturier, desde la concepción hasta el último paso de la ejecución. Christian Dior decía sobre él: “Con los tejidos, nosotros hacemos lo que podemos. Balenciaga hace lo que quiere.”


 
Los modelos de Balenciaga reunían audacia, técnica, elegancia, conocimiento, originalidad, y comodidad, aspecto este último prioritario y que tenían sus piezas, en las que nada constreñía los movimientos ni coartaba la libertad de la mujer, pues sus vestidos se adaptan perfectamente  a las diferentes necesidades de su vida pública y privada.

Las referencias al arte y la cultura estuvieron siempre presentes en el trabajo de Cristóbal Balenciaga. Las líneas simples y minimalistas de los hábitos religiosos o el volumen arquitectónico de estos tejidos son una constante en muchas de sus piezas. El aire y la bata de cola de una bailaora flamenca que se deja ver en los volantes de algunos vestidos, los brillos del traje de luces de un rorero trasladados con maestría al paillette bordado de una chaqueta bolero. o la estética de la indumentaria  en la corte de los Austrias, reflejada en las negras telas aterciopeladas adornadas con azabache de sus creaciones, son solo algunos ejemplos. Podría decirse que Balenciaga empezó siendo Ignacio Zuloaga y terminó siendo Jorge Oteiza. Partió de la expresividad y concluyó en la abstracción, sedujo con las superficies y los volúmenes y su interés derivó paulatinamente hacia los interiores, hacia el vacío que genera el vestido.
 


La muestra está comisariada por Eloy Martínez de la Pera, quien ha seleccionado para la ocasión un total de 90 piezas de indumentaria procedentes del Cristóbal Balenciaga Museoa de Getaria, el Museo del Traje de Madrid y el Museu del Disseny de Barcelona, así como de numerosas colecciones particulares nacionales e internacionales, muchas de ellas nunca antes expuestas. Con respecto a las pinturas, se ha logrado reunir un total de 55 cuadros prestados por museos de ámbito nacional como el Museo Nacional del Prado, el de Bellas Artes de Bilbao o el Lázaro Galdiano, por diversas fundaciones, la Casa de Alba y por colecciones privadas. Entre las pinturas destacan obras de El Greco, Velázquez, Murillo, Carreño de Miranda, Zurbarán, Goya, Madrazo o Zuloaga.
 

La exposición podrá visitarse desde el 18 de Junio hasta el 22 de Septiembre de 2019.




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