Cuatro actrices se reúnen sobre el escenario del teatro Maravillas para dar vida a un grupo de escaladoras que están a mitad de ascenso del FitzRoy, una montaña situada en el campo de hielo de la Patagonia sur, entre Argentina y Chile, una de las rutas de escalada más complicadas del mundo y nunca alcanzada por una cordada femenina. El mal tiempo las ha obligado a detenerse y, mientras esperan que las condiciones mejoren, resguardadas en un saliente de la roca, surgen problemas inesperados que las hacen dudar entre continuar el ascenso o rendirse. Continuar significaría asumir riesgos que no habían previsto y que pueden poner en peligro sus vidas; rendirse sería renunciar a la posibilidad de alcanzar un logro que tal vez nunca puedan repetir.
Con texto de Jordi Galcerán y dirigidas por Sergi Belbel, Amparo Larrañaga, Ruth Díaz, Cecilia Solaguren y Anna Carreño dan vida a las cuatro montañeras dispuestas a coronar una de las cumbres más temidas, que a pesar de no ser de las más altas de los Andes está calificada como de dificultad extrema.
Durante las escalada irán surgiendo problemas que pondrán a prueba no solo su fuerza y su destreza sino también su compañerismo y amistad, los intereses personales y la rivalidad, sacando a relucir el lado oscuro que cada uno llevamos dentro. Pero también dejando momentos de fina ironía e hilaridad.
Aunque quizás ésta no sea la mejor obra de Galcerán, sin duda El Método Grönholm, o Burundanga la superan, por poner un ejemplo, el trabajo de las cuatro actrices, que están todas estupendas, hace que el público pase un buen rato y salga con buen sabor de boca de la representación.
La voz en off que acompaña a las montañeras en sus comunicaciones con la base y cuyo personaje se corresponde con el marido de una de ellas, es la del actor Jordi Boixaderas.
El diseño del espacio escénico es de Josep Iglesias y Max Glaenzel y el de iluminación de Kiko Planas.
Fotografías © Conchita Meléndez
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