El teatro de la Abadía acaba de estrenar ‘Caperucita en Manhattan’ la obra de Carmen Martín Gaite que tuvo su origen en Estados Unidos en 1985, cuando la autora fue vez invitada por el Vassar College en la ciudad neoyorkina de Poughkeepsie para impartir clases sobre su propia obra y la de Ignacio Aldecoa de septiembre a diciembre. Antes de empezar las clases Carmen convive en Nueva York con su amigo Juan Carlos Eguillor durante el mes de agosto y junto a él se gesta su futura Caperucita en Manhattan, probablemente inspirada en la prematura muerte, causada por el sida en abril de ese mismo año, de su hija Marta.
Ahora, con el arranque de 2025, La Abadía sitúa a Carmen Martín Gaite en la piedra angular de su temporada teatral, ya que este año se cumplen los cien años del nacimiento de la autora. Para festejarlo, La Abadía produce Caperucita en Manhattan, adaptada y dirigida por Lucía Miranda, que llegará a la Sala Juan de la Cruz el 23 de enero y estará en cartel hasta el 23 de febrero, y realiza varios ciclos y actividades en torno a su figura.
Con un reparto encabezado por Carolina Yuste que cuenta además con las actrices Mamen García, Carmen Navarro, Miriam Montilla, Mar Calvo y el contrabajista Marcel Mihok, la Abadía pretende rendir homenaje a esta escritora que fue una de las figuras más importantes de las letras hispánicas del siglo XX y que recibió, entre otros galardones , el Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 1988.
Caperucita en Manhattan es una reinterpretación que Carmen Martín Gaite hace del cuento de Perrault y es un claro ejemplo del poder de la ficción como espacio seguro, como refugio ante la adversidad. Es una loa a la libertad y a la dificultad de ejercerla, un manifiesto a ser tú mismo. Una obra que parece estar escrita hoy, en una época en la que anhelamos parar, en la que las mujeres no dudan en ocupar los espacios públicos y en la que a diario nos enfrentamos a la difícil labor de elegir un camino.
En la novela de Carmen Martín Gaite y en su adaptación a la escena nos encontramos con Sara Allen, una niña de diez años que vive en Brooklyn, Nueva York cuyo mayor deseo es ir sola a Manhattan para llevar a su abuela un tarta de fresa. La abuela de esta moderna Caperucita ha sido cantante de music-hall y en el camino hacia su casa Sara se pierde en un viaje atemporal por diners, rodajes de cine y Central Park. En su devenir por la ciudad Sara Allen se irá encontrando con diversos personajes como míster Woolf, un pastelero multimillonario que vive cerca de Central Park en un rascacielos con forma de tarta. Pero el hilo mágico de este relato se centra en miss Lunatic, una mendiga sin edad que vive de día oculta en la estatua de la Libertad y que sale de noche para mediar en las desgracias humanas o, si es necesario, llegar a regalar un elixir capaz de vencer al miedo. Con ellos nuestra particular Caperucita compartirá dos secretos que la ayudarán a encontrar su camino hacia la libertad.
Caperucita en Manhattan fue uno de los primeros títulos de la colección ‘Las Tres Edades’ de editorial Siruela, que “nació con la aspiración de dirigirse a un público de todas las edades: de 8 a 88 años”. La Abadía considera también que el espectáculo puede ser atractivo para un amplio abanico de público, ya que la edad recomendada es a partir de 12 y hasta los 80 años.
Son muy variadas las actividades que se van a celebrar con motivo de los 100 años del nacimiento de la autora. Además de la obra, La Abadía ha dedicado una sesión especial sobre el duelo en El Faro de La Abadía con Lucía Miranda y Cristina Oñoro, siendo un tema que de alguna manera está presente en Caperucita. A este encuentro se suma la celebración de un Círculo de lectura alrededor de su novela en dos citas, una el 16 de enero y otra el 15 de febrero. Solapándose con las funciones de Caperucita en Manhattan, La Abadía acogerá la versión teatral de El cuarto de atrás con Emma Suárez y llevará a cabo la lectura dramatizada de El otoño en Poughkeepsie el próximo 11 de febrero en el Instituto Cervantes. Por estas mismas fechas también se podrá disfrutar de una exposición de los collages neoyorquinos de la escritora en la Casa del Lector, organizada por Siruela.
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