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sábado, 8 de febrero de 2025

NUNCA HE ESTADO EN DUBLÍN, UNA DIVERTIDA COMEDIA DE MARCOS GOIKOLEA

 


Nunca he estado en Dublín es una comedia un tanto ácida  sobre la aceptación de las vivencias y creencias ajenas. Porque cada uno construye su propia realidad, ¿pero hasta qué punto somos capaces de convivir con la de los demás?


La familia Amesti se reúne para celebrar la noche de Navidad, pero este año es especial. Elena, la hija menor, vuelve de Londres tras tres años sin contacto y por fin estarán los cuatro juntos otra vez. Pero no viene sola, viene con Cindy, su novia irlandesa que todos están deseando conocer.


Lo que nadie se imagina es que Cindy sea un personaje invisible, una fantasía de Elena que pondrá patas arriba el frágil equilibrio de esta familia, disputándose entre aceptar o rechazar a esta extraña invitada. A lo largo de esta delirante noche cada uno sacará a relucir sus propias fantasías, sus mentiras y miserias. Y a pesar de las dificultades para aceptarse entre ellos, veremos que, en realidad, todos buscan los mismo; una ilusión que les ayude a vivir.


Dirigida por Mireia Gabilondo e interpretada por Eva Hache, Carolina Rubio, Iñigo Aramburu e Iñigo Azpiarte, esta divertida comedia llena de sorpresas, en las que cada uno arrastra sus propios traumas hace sentirse al público como uno más de la familia, porque no podemos dejar de preguntarnos como reaccionaríamos ante una situación como ésta a la que se enfrentan los Amesti. 

Aunque todo el reparto está muy bien, merece una especial atención la actuación de Carolina Rubio, porque no debe de ser nada fácil interactuar con el vacío. Hablar con alguien que no existe, escucharle, tocarle e incluso besar o pelearse con ese personaje que sin estar está la mayor parte del tiempo en escena, es un gran reto y Carolina lo hace con gran maestría. Igualmente el tratamiento escénico de este singular personaje supone una  serie de dificultades  añadidas tanto para la dirección como para el resto de intérpretes.


Y aunque se trate de una comedia y en todo momento no deje de haber una vis cómica, la historia no deja de tener su punto dramático y su moralina, porqué ¿hasta dónde estamos dispuestos a creer en algo si eso beneficia nuestros intereses? O ¿por qué intentamos que los demás afronten sus fallos cuando nosotros no somos capaces de hacerlo?

Nunca he estado en Dublín estará en el Teatro Pavón del 5 de febrero hasta el 27 de abril. 


Fotografías © Conchita Meléndez





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