La Sala Verde acoge siete funciones de esta obra del dramaturgo napolitano Eduardo de Filipo, estrenada originalmente en 1948 los días 15, 16, 19, 20, 21, 22 y 23 de febrero. La comedia dirigida por Lluis Pascual e interpretada por La producción del Teatro San Martín / Complejo Teatral de Buenos Aires cuestiona los límites entre realidad y ficción y se ubica dentro del Canal Hispanidad, el ciclo abierto a la creación escénica hispanoamericana exhibida en grandes instituciones del continente.
Pasqual, que llegó a conocer al gran dramaturgo italiano de Nápoles, donde murió en 1984, retoma con La gran ilusión uno de sus grandes proyectos. La estrenó en Barcelona en 2016 y tres años después, en 2019, la montó en Nápoles con actores italianos. Ahora la ha recuperado en una producción del Teatro San Martín / Complejo Teatral de Buenos Aires con actores argentinos.
El montaje une dos piezas de De Filippo, Señor y gentilhombre, que escribió en 1928, y La gran magia, de 1948. En realidad, de la primera toma un fragmento que convierte en prólogo de esta versión, en la que un grupo de actores ensaya una obra teatral en la habitación de un hotel. De ahí, la acción salta a otro hotel de la época de los años 50 del pasado siglo, durante el periodo de vacaciones. Allí, un mago hace desaparecer a una mujer; aunque en realidad, el truco está amañado para que ella se escape con su amante. El marido le reclama al mago que le devuelva a la esposa; pero este le manipulará para que crea que vive otra realidad que le evite enfrentarse a la infidelidad de su mujer.
El espectáculo se representará en la Sala Verde de Teatros del Canal. Cuenta con un elenco integrado por Marcelo Subiotto, Patricia Echegoyen, Pablo Mariuzzi, Alejandra Radano, Nacho Gadano, Elvira Onetto, Yanina Gruden, Paco Gorriz, Pablo Razuk, Santiago Sirur e Ignacio Sureda. También participan los músicos Santiago Sirur (cantante), Shino Ohnaga (acordeón), Germán Martínez (guitarra) y Ernestina Inveninato (violín y mandolina).
El director español se ha ceñido a los propósitos expresados por Eduardo de Filippo sobre su obra: “Que la vida es un juego, y este juego tiene que ser alimentado por la ilusión, la cual tiene que sustentarse en la fe. Y ha querido también decir que cualquier destino está atado al hilo de otros destinos en un juego eterno: un gran juego del cual no nos es dado entrever más que detalles irrelevantes”.
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