Esta tarde se estrena en el Centro Dramático Nacional Teatro María Guerrero una adaptación de la novela más conocida de Carmen Laforet. La que le llevo a ganar el premio Nadal con tan solo 23 años en 1945. ‘Nada’ que tiene tintes autobiográficos, aunque se trate de una historia de ficción, fue la primera obra escrita por la autora, quien al igual que la protagonista de la misma Andrea, regresó a Barcelona en 1939 para acudir a la universidad y estudiar Filosofía. Vivió allí tres años y luego se trasladó a estudiar Derecho en la Universidad Central de Madrid, pero nunca terminó las carreras comenzadas.
El premio obtenido con su primera novela la catapulto a la fama literaria y fue todo un éxito tanto de crítica como de público. Carmen Laforet está incluida entre los escritores que forman parte de la Primera generación de postguerra, los llamados Generación del 36, junto a otros narradores como Camilo José Cela, Gonzalo Torrente Ballester, Jorge Campos y Miguel Delibes; dramaturgos como Antonio Buero Vallejo o poetas como Miguel Hernández, José Hierro, Luis Rosales, Leopoldo Panero, Gabriel Celaya o Blas de Otero entre otros.
‘Nada’ nos traslada a la Barcelona de 1939. Después de la guerra civil española muchísimas familias se ven condenadas a una destrucción moral y física devastadoras. Cuando Andrea llega a la casa familiar de la calle Aribau para estudiar su primer año de universidad ya nada se parece al ambiente cálido y alegre que ella conoció de pequeña. Ahora se da cuenta de que sus tíos Román y Juan, su tía Angustias, Gloria, la abuela y Antonia viven inmersos en un ambiente de tensión permanente y atmósfera irrespirable donde el hambre está presente a todas horas y donde se respira la suciedad, la violencia y el odio.
Andrea representa el grito generacional de dolor y esperanza, de angustia y deseo, de los nacidos en los primeros años veinte; y que es también el grito de Carmen Laforet (Barcelona, 1921). Una generación que rondaba los veinte justo después de la guerra y que, a partir de 1939, tiene que superar la angustia existencial de gran parte de un país que con la guerra lo ha perdido todo, incluso las ganas de seguir viviendo. Y para alzar la voz como la alza Andrea, se vuelven fundamentales los amigos de la universidad, y muy en especial, Ena una chica de una familia acomodada, de la que se hará íntima amiga y que desempeñará un papel importante en su vida, pues junto a ella aprenderá lo que el mundo exterior puede ofrecer.
Ahí está la clave de esta historia: Andrea y Ena. Dos mujeres, dos almas unidas para siempre por el amor y la amistad. La amistad entre mujeres, toda una revolución vital, que como decía la propia Carmen Laforet, eleva la capacidad de alegría y creación.
Es curioso que está sea la primera vez que se intenta llevar esta gran obra a los escenarios. Hubo una versión cinematográfica en 1947 dirigida por Edgar Neville, pero nunca hasta ahora se había realizado una adaptación teatral. Han sido el dramaturgo Joan Yago y la directora Beatriz Jaén quienes se han atrevido a dar el paso. Beatriz afirma que: “este proyecto me ha sumergido de lleno en el universo de Carmen y ahí me he sentido a salvo.”
Nada es una novela perturbadora y oscura, nada complaciente; pero, a la vez, es una novela que desborda pasión y coraje. Yago y Jaén se plantearon dos formas de llevarla a cabo, una sería un monólogo de Andrea, sola sobre el escenario enfrentada al público y a sí misma en un personaje que a pesar de lo que se encuentra en su casa lucha por mantener la esperanza y la independencia y la otra convertirla en un drama realista a la manera tradicional. Al final optaron por un camino intermedio, en el que Yago ha procurado ser fiel al texto original, en ello ha pesado el hecho de que sea la primera adaptación que se lleva a cabo de la obra. Por tanto vamos a encontrarnos con una adaptación en la que veremos escenas plenas de diálogos pero con momentos en los que la protagonista nos narra lo que siente y lo que ocurre a su alrededor. Carmen Laforet se adelantó a su tiempo con una prosa intimista y fotográfica, en la que se describe perfectamente la Barcelona de la época y esto lo veremos reflejado en las palabras de Andrea.
A pesar del tiempo transcurrido desde que se escribiera la novela y de los cambios políticos y económicos vamos a encontrarnos con situaciones que no están tan alejados con nuestra realidad cotidiana. La violencia de género, las disputas familiares, el machismo, la amistad, la sororidad o la dificultad del paso de la adolescencia a la vida adulta son temas que vamos a encontrarnos en esta ‘Nada’ que se sube al escenario del Teatro María Guerrero.
Para realizar la puesta en escena se ha contado con un reparto excepcional en el que se juntan varias generaciones. La abuela está representada por la veterana Amparo Pamplona, que ve su personaje como una mujer básicamente buena que ha tenido un pasado más benévolo que el momento posterior a la guerra civil en el que viven ahora, y que ve como todo se va desmoronando pero aun así intenta mantener a la familia unida.
El personaje de Andrea está interpretado por Júlia Roch, a quien pudimos ver recientemente en ‘La madre’, una obra dirigida por Juan Carlos Fisher y protagonizada por Aitana Sánchez-Gijón.
© Conchita Meléndez
El resto del elenco está formado por : Carmen Barrantes (Angustias), Jordan Blasco (Iturdiaga /Jaime), Pau Escobar (Pons), Laura Ferrer (Gloria), Manuel Minaya (Juan), Julia Rubio (Ena), Andrea Soto (Antonia / Madre de Ena) y Peter Vives (Román).
Fotografías de escena: ©BSP