La muestra, que se podrá visitar
hasta el 22 de abril en la Biblioteca Nacional de España, presenta más de un
centenar de obras de Rosario Weiss Zorrilla (Madrid, 1814-1843),
en especial dibujos,
entre los que
destacan los retratos de
Francisco de Goya, Ramón Mesonero Romanos, Guillermo Weiss, El marqués de
Benalúa, Los hermanos Velluti o Una dama de Burdeos, además de numerosos
paisajes. El público podrá ver asimismo una veintena de litografías, como
Autorretrato, El Genio de la Libertad, Espronceda, Larra o Zorrilla, y algunas
de sus pinturas, entre ellas Francisco de Goya, Los duques de San Fernando o
Ángel custodio.
Este conjunto refleja el trabajo
de una dibujante excepcional, conocida sobre todo por su relación con Francisco
de Goya (1746-1828). Así, a las piezas anteriores se unen dibujos que el pintor
hizo para el aprendizaje de Weiss, como Mendigo, Dromedario y Pantera.
La exposición, comisariada por
Carlos Sánchez Díez, del departamento de conservación del Museo Lázaro
Galdiano, reúne piezas de esta institución, de la BNE, la Bibliothèque
municipale de Bordeaux, el Museo del Prado, el Museo del Romanticismo y
colecciones privadas, así como de otros museos e instituciones públicas
españolas.
Weiss vivió con su madre,
Leocadia Zorrilla, y Goya en la Quinta del Sordo entre 1820 y 1824, y desde el
otoño de 1824 en Burdeos, donde la familia permaneció hasta su regreso a Madrid
en 1833.
Goya trataba a la niña con un
gran afecto y se refería a ella como “mi Rosario”. Corrían ciertos rumores de que
podría ser hija suya, pero no existen pruebas que lo confirmen. De hecho, el
artista no incluyó en su
testamento ni a Weiss ni a su
madre, quienes tuvieron que subsistir gracias a la pensión que esta última
obtuvo del Gobierno francés como exiliada política, y a la ayuda prestada por
Pierre Lacour –profesor de la joven– y el círculo de amigos de Goya en Burdeos.
Weiss comenzó a dibujar gracias a
los esbozos que el aragonés hacía para que ella los copiara o completara, y en
1825 entró en la escuela pública de dibujo que Pierre Lacour (1778-1859)
dirigía en Burdeos, donde recibió instrucción académica. Su formación francesa
atemperó la expresividad de sus primeros pasos junto a Goya, dirigiéndolos
hacia el trazo preciso, limpio y ordenado que entonces predominaba en Francia,
a la manera de Ingres.
En Madrid adaptó con éxito su
estilo al Romanticismo hispano y desarrolló una breve pero intensa carrera
profesional. Compaginó la copia de pinturas de
grandes maestros (Goya,
Velázquez, Murillo, Tiziano,
Rubens, Van Dyck), muy demandadas
entonces, con la realización de retratos a lápiz de escritores y personajes de
la burguesía liberal, en su mayoría socios como ella del Liceo Artístico y
Literario (Espronceda, Zorrilla, Mesonero Romanos, Larra). También dibujó del
natural apuntes de plantas y árboles, e hizo paisajes idealizados con
castillos, lagos o ruinas. Además, fue una excelente litógrafa.
En 1840 Weiss tuvo el honor de
ser una de las pocas mujeres en ingresar como académica de mérito por la Pintura
de Historia en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Dos años
después alcanzó su máximo reconocimiento cuando la nombraron maestra de dibujo
de Isabel II y su hermana, la infanta Luisa Fernanda, cargo que desempeñó
durante muy poco tiempo, pues
murió de cólera
el 31 de
julio de 1843.
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