©Tim Walker
El Museo Thyssen-Bornemisza
se viste de largo, y es que desde el 30 de junio acoge entre sus muros la
exposición fotográfica Vogue Like a Painting, una muestra con sesenta y una
imágenes de inspiración pictórica procedentes de los archivos de la revista
Vogue y realizadas por algunos de los fotógrafos más destacados de las últimas
tres décadas. Todas las fotografías se han seleccionado tras un cuidadoso estudio
por parte de la comisaria Debra Smith, por poseer las características que tradicionalmente
se atribuyen a la pintura y la dotan de un valor especial. En algunas se utiliza
el relieve escultórico y en otras la
luz tiene una
factura pictórica. Tenemos
ejemplos del Renacimiento
y el Rococó, pero
quizás los mejores
los hallamos entre los prerrafaelitas. Muchas
de las imágenes seleccionadas nos
hacen pensar en cuadros y artistas concretos: están aquí
Vermeer, Hopper y
Millais; Balthus, Van Eyck,
Botticelli y Zurbarán; Degas, Sargent, Dalí, Hogarth, Rossetti y Magritte.
Otras en cambio, son por si mismas portadoras de un claro estilo pictórico,
impregnado de luz y color.
©Camilla Akrans
©Clifford Coffin
Algunas obras imitan géneros
bien definidos; los retratos de grupo británicos del siglo XVIII, que son
simbólicamente narrativos, o la mujer en deshabillé. Algunas ilustran de manera literal
la idea central
de la exposición con la
presencia de la
pintura en las modelos
o reproduciendo texturas pictóricas como en las
impresiones artesanales
de Nick Knight, pero
también hay referencias
directas a piezas icónicas de
la historia del arte como Girl with the pearl earing de
Erwin Blumenfeld, versionando la famosa Joven de la
perla de Vermeer, los bodegones
de Grant Cornett o
las instantáneas de
Peter Lindbergh, inspiradas en cuadros
de Paul Gauguin. El
hilo común que
recorre toda la muestra es, como afirma su comisaria Debra
Smith, una suerte de ralentización: “una atemporalidad en la pose de las modelos;
una especie de lapso mental en el que todo está muy, muy quieto”
©Grant Cornet
©Roversi Stella
La exposición
está organizada en
torno a los grandes
géneros pictóricos, como
son el retrato, el
paisaje o los
interiores, de manera que
la herencia pictórica de
la fotografía se percibe de forma aún más evidente. Y
aunque se han incluido fotografías de los distintos lugares en que la revista
tiene sede, predominan principalmente las de Vogue Estados Unidos y las de
Vogue Italia, en una selección tal vez “demasiado personal”, según reconoce la
comisaria, quien lleva catorce años trabajando en los archivos de Vogue. Debra
Smith, en su intervención, quiso también destacar la importancia del trabajo de
todos aquellos que colaboran a la hora de realizar estos grandes retratos, estilistas,
maquilladores, peluqueros, etc, sin cuya labor no sería posible lograr los objetivos
deseados y que a menudo son los grandes ignorados.
©Sheila Metzner
©Erwing Olaf
El visitante
podrá dejarse seducir
por Irving Penn, maestro de
las líneas puras y
de lo exquisito; Annie Leibovitz,
icono y retratista oficial de iconos; Peter Lindbergh, señor del drama en
blanco y negro; Paolo
Roversi, retratista de lo
puro; Mario Testino, dueño
de la
luz; la teatralidad de Tim
Walker yla llamada de la fuerza
de Mert Alas y
Marcus Piggott; Patrick Demarchelier, el verdadero clásico, siempre
deseado; Steven Kleiny su visión
cinematográfica de la
fotografía de moda; los
colores y la
espontaneidad de Sheila Metzner;
Nick Knight y sus imágenes todopoderosas; la
magia sorprendente de David Sims
y Deborah Turbeville, la mujer que
mejor captó el
alma de las
mujeres; la carga sugestiva
de Camilla Akrans; el
magnetismo de Glen Luchtford; Michael Thompson, fotógrafo del
alma; Erwin Olaf y
su mirada contemporánea; Erwin Blumenfeld, un
visionario y autor
de las portadas
más icónicas de
Vogue; Mariano Vivanco y su calidez y energía; William Klein, el
fotógrafo de las emociones; Yelena Yemchuk y
su visión moderna
y delicada; la
técnica perfecta de Cecil
Beaton; Edward Steichen y su
impecable equilibrio entre misterio y belleza; la delicadeza de Clifford
Coffin; la visión adelantada de Horst P. Horst y David Seidner y su espíritu
tradicional, tan moderno. La
muestra incluye, además,
dos vestidos: el impresionante “Queen Orchid” de la
diseñadora china Guo Pei, que
dialoga con el retrato
que Irving Penn hizo de Cate Blanchett como Isabel I de Inglaterra, y un
diseño de Valentino con motivos florales en la sala de fotografía de exteriores
y jardines.
La exposición que ha sido
organizada conjuntamente por Vogue y el Museo Thyssen-Bornemisza, cuenta además
con el patrocinio de la marca de joyería
Bulgari. Yolanda Sacristán, directora
de Vogue España, explica que “fue Vogue
la precursora de la fotografía
de moda cuando, ya en la década de 1920, empezó
a reemplazar sus
portadas ilustradas por imágenes
de artistas tan revolucionarios como
Edward Steichen, quien llevaba desde
1911 experimentando con
el retrato de moda.
Fue él mismo junto
con otros grandes colaboradores
de Vogue - Cecil Beaton, Horst
P. Horst e
Irving Penn, principalmente - quienes transformaron
el género en
una forma de arte
excepcional, sentando las
bases de la fotografía moderna”.
Yolanda Sacristán y Debra Smith
Los
fotógrafos que están presentes en la muestra son:
Irving Penn Annie Leibovitz
Paolo Roversi Peter Lindbergh Tim Walker Mario Testino Mert Alas y Marcus
Piggott Patrick Demarchelier Steven Klein Sheila Metzner Nick Knight David Sims
Deborah Turbeville Camilla Akrans Glen Luchtford Guy Bourdin Michael Thompson
Erwin Olaf Erwin Blumenfeld Mariano Vivanco William Klein Yelena Yemchuk Cecil
Beaton Edward Steichen Grant Cornett Clifford Coffin Horst P. Horst David
Seidner
©Michael Thompson
©Paolo Roversi
©Peter Lindebergh
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