MUSEO ABC
C/ Amaniel,
29 MADRID
Del 31 de
Octubre del 2017 al 4 de Febrero 2018
Casi todos aquellos que nacimos
más o menos en la mitad del siglo pasado, década arriba, década abajo,
descubrimos la pasión por la lectura a través de unos cuadernillos ilustrados
llamados tebeos. Con ellos aprendimos también a mirar imágenes dentro de un
cuadro y a interpretarlas y que una
sucesión de aquellas viñetas contaban una historia, a veces romántica, a veces
de aventura y a veces cómica y divertida. Muchas de esas historietas llevaban
imbuidas veladas críticas sociales, moralinas, e incluso protestas subyacentes
contra una España reprimida que no podía decir las cosas de un modo abierto a
riesgo, cuando menos, de que la publicación fuera “secuestrada” y no viera la
luz.
Así que si atendemos a las
anteriores premisas podría decirse que los tebeos nos enseñaron a leer, a
disfrutar de la pintura y la fotografía a través de las viñetas, y del cine a
través de la consecución de las mismas. Pero además nos enseñaron finanzas, el
trueque era una parte fundamental para todos nosotros. Ir los sábados por la
mañana al puesto del mercado o al estanco, o los domingos al Rastro en donde
podíamos cambiar un ejemplar por otro, o por varios según las condiciones en
que estuvieran los que llevábamos o lo hábiles que fuéramos para negociar, era
uno de los momentos más esperados de toda la semana.
Ahora el Museo ABC de la
Ilustración nos permite volver a sentirnos niños o adolescentes a través de su
exposición Historietas del Tebeo. 1917 – 1977, que nos ofrece una variada
muestra de las publicaciones que se desarrollaron en España durante esos años y
que llegaron a ser un lucrativo negocio. Algunos ejemplares llegaron a alcanzar
tiradas de hasta 300.000 cuadernillos impresos. Por primera vez una exposición
recoge las historias infantiles con las
que varias generaciones aprendieron a leer y que se convirtieron en compañeras
fieles de aventuras y sueños.
Esta muestra, que ha sido posible
gracias al impulso de la Obra Social “La Caixa”, recorre casi todo el siglo XX,
desde su inicio cuando se publica el primer cómic infantil y juvenil cuya
cabecera fueron tres letras: TBO, lo que dio origen a la denominación genérica
de las distintas publicaciones, hasta 1977 en que el tebeo se hace adulto con
la publicación de la revista Totem pasando a denominarse “Comic”. La exposición
reúne publicaciones y dibujos originales que se presentan en dos recorridos:
uno cronológico, con las principales cabeceras
e hitos, y otro por temas, en el que el espectador puede descubrir
personajes tan míticos como Cuto, El Capitán Trueno, El Guerrero del Antifaz,
Zipi y Zape, Mortadelo y Filemón, Florita, y muchos otros.
La exposición supone un estudio
histórico del tebeo, un acercamiento a la filosofía y entidad del tebeo como
género literario, pero sobre todo una oportunidad de disfrutar contemplando los
tebeos de nuestra cultura popular, tanto las revistas impresas como los dibujos
originales conservados por sus autores, familiares y coleccionistas.
Para disfrutar completamente de
la exposición hay que ser atrevido y abrir los numerosos cajones que contienen
los distintos expositores que hay en el centro de la sala, ya que están
repletos de maravillosas ilustraciones de los distintos géneros que constituyen
la historia del tebeo. También se ha editado un libro, prologado por el
periodista y comisario de la muestra Antoni Guiral, en el que se puede aprender
mucho sobre el recorrido de la historia del tebeo y que por supuesto está
ilustrado con portadas, viñetas e historietas de todos y cada uno de los
títulos publicados a lo largo de casi cien años.
Por último decir que el fin de
estas publicaciones se debió a las estrictas normas de regulación del Estatuto
de Publicaciones Infantiles y Juveniles. Incluso algunas escenas publicadas en
los años cuarenta fueron censuradas en las reediciones de esa época porque un
Estatuto de 1967 marca a hierro y fuego los contenidos de los tebeos. Los
cuadernillos apaisados prácticamente desaparecen, en beneficio de revistas y de
las novelas gráficas para adultos. Aparecen revistas nuevas, más modernas como Tintín,
DDT o Bravo. Y desde 1968 el mercado da un giro radical, con títulos como Delta
99, Dossier Negro, Gaceta Junior o Trinca que se encuentra mucho más cerca de
lo que hoy en día se publica como cómic.
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