Paseo del Prado, 8 MADRID
Comisario: Gert Jan van der Sman
Del 21 de Junio al 18 de Septiembre
El Museo Thyssen-Bornemisza
dedica sus salas este verano a Michelangelo Merisi da Caravaggio, uno de los
artistas esenciales para entender el movimiento Barroco. El principal objetivo
de la exposición Caravaggio y los pintores del norte es analizar el papel que el
maestro italiano jugó para un destacado grupo de artistas procedentes del norte
de Europa que, tras viajar a Italia y encontrarse con esta nueva forma de ver
el mundo e interpretar la realidad, la incorporan a su producción artística y
la difunden en sus países de origen.
La muestra, que cuenta con
más de cincuenta obras, algunas de ellas de gran formato, se centra en las
reacciones e interpretaciones de la pintura de Merisi por parte de aquel
heterogéneo grupo de pintores foráneos que había llegado a Italia para completar
su formación. Entre los primeros que se sintieron deslumbrados por Caravaggio
se encuentran el alemán Adam Elsheimer o el propio Peter Paul Rubens, quien
pudo admirar las creaciones del maestro durante sus diferentes estancias en R
oma. A el los seguirán nombres como los de los franceses Simon Vouet, NicolaS Tournier,
Valentin de Boulogne o Claude Vignon, artistas muy apreciados en su tiempo por
su gran virtuosismo técnico. Se destaca también el valiosísimo legado de los
pintores procedentes de los Países Bajos, entre los que se encuentran Hendrick
ter Brugghen, Gerard van Honthorst, Dirck van Baburen o Matthias Stom, casi
todos con representación en las colecciones del Museo Thyssen-Bornemisza, que
exploraron asimismo la originalidad y el enorme poder de las pinturas del
lombardo.
Si las obras de estos
autores constituyen uno de los ejes esenciales de la exposición, el otro lo conforman
los doce lienzos de Caravaggio que se reúnen aquí, distribuidos principalmente
entre las tres primeras salas. En la última sala, en cambio, el visitante podrá
contemplar una de las telas más conmovedoras de la última etapa de la
producción del maestro, El martirio de santa Úrsula, datada en el mismo año de
su fallecimiento. Todas ellas son composiciones que fueron estudiadas en profundidad
por los artistas presentes en la muestra.
Un capítulo aparte en la
exposición merecen los hermanos Benedetto y Vincenzo Giustiniani, grandes
coleccionistas de pinturas de Caravaggio pero también benefactores de varios de
los pintores que se dan cita en las salas del Museo.
En las salas se exhiben
cincuenta y tres cuadros, doce de ellos del maestro lombardo, procedentes de
colecciones privadas, museos e instituciones como el Metropolitan Museum de
Nueva York, la Galleria degli Uffizi de Florencia, el Museo del Ermitage de San
Petersburgo, el Rijksmuseum de Ámsterdam o la iglesia de San Pietro in Montorio
en Roma. El recorrido abarca el curso de la carrera de Caravaggio, desde el periodo
romano hasta las emotivas pinturas oscuras de sus últimos años, junto a una
selección de obras de sus más destacados seguidores en Holanda -Dirk van
Baburen, Gerrit van Honthorst o Hendrick Ter Brugghen-, Flandes -Nicolas
Régnier o Louis Finson- y Francia -Simon Vouet, Claude Vignon o Valentin de Boulogne,
entre otros.
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